Una nueva isla gracias al cambio climático
El alza de las temperaturas desprende un enorme pedazo de hielo de la costa canadiense
Madrid
El hielo se quebró con un gigantesco rugido que hizo temblar la tierra, pero allí no había nadie para verlo. Tiempo después, los científicos descubrieron que había una nueva isla flotando en el océano Ártico. Entonces, repasando los detectores de terremotos, descubrieron las trazas del momento en el que un pedazo de superficie helada de Canadá de 66 kilómetros cuadrados se resquebrajaba de la plataforma continental, un ejemplo más, en este caso espectacular, del cambio climático.
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La masa de hielo se desprendió hace 16 meses de la isla Ellesmere, a unos 800 metros al sur del Polo Norte, pero allí no había nadie para darse cuenta de su ausencia. Los científicos se dieron cuenta de lo que había pasado cuando detectaron mediante imágenes de satélite la nueva isla y el rastro de pedacitos de hielo que había debajo flotando en su camino.
Esta barrera de hielo, conocida como Ayles, era una de las seis más grandes del Ártico canadiense. Los científicos creen que su ruptura (que fue registrada por los sismógrafos) es atribuible al cambio climático: "Las temperaturas excepcionalmente altas han jugado un papel fundamental", ha explicado Warwick Vincent a la cadena de noticias nortemericana CNN.
Vincent, un experto en el Ártico, aseguró tras viajar a la nueva isla de hielo: "Es un acontecimiento espectacular y turbador. Demuestra que estamos perdiendo partes fundamentales del norte de Canadá que habían estado allí desde hace miles de años. Estamos atravesando un umbral climático, y esto puede ser una señal del cambio acelerado que nos espera por delante".
Luke Copland, director del Laboratorio del Hielo de la universidad canadiense de Ottawa, añade: "Incluso hace una década los científicos asumían que el cambio climático se produciría gradualmente, y por eso quizá esperábamos que esas barreras de hielo se deshicieran lentamente, pero para nuestra sorpresa lo han hecho de repente, en el plazo de una hora". Desde entonces, la nueva isla ha viajado 50 kilómetros hacia el oeste, hasta quedar atrapada en el mar helado al recrudecerse el invierno.