Muere una mujer acuchillada por su ex pareja en Murcia
El asesino tenía una orden de alejamiento
Una mujer ecuatoriana de 41 años ha muerto hoy acuchillada en plena calle por su ex compañero sentimental, de su misma nacionalidad, a quien había denunciado previamente y sobre quien pesaba una orden de alejamiento. El suceso se produjo tras asistir ella a la reunión que los fines de semana celebran los inmigrantes ecuatorianos en una explanada próxima al Palacio de Congresos de Murcia. Se trata la segunda víctima que la violencia doméstica se cobra en este nuevo año y la primera que ha sido asesinada.
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Fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Murcia informaron de que la víctima, que residía desde hacía cinco años en España, recibió una puñalada de Román M.E., de 48 años, que fue detenido poco después de la agresión.
Patricia A.M., fue por la tarde a la explanada del Auditorio con dos amigas, donde la localizó Román, quien estuvo charlando con ella, y abandonaron el lugar solos y abrazados, según fuentes policiales.
A unos cincuenta metros del Auditorio, en la calle Ángel Romero Elorriaga, la mujer cayó muerta a consecuencia de la herida que le propinó su agresor, que trabajaba "en el campo, a salto de mata" y que se encontraba en proceso de regularización, según señalaron las mismas fuentes. El cadáver de Patricia fue trasladado al Instituto Anatómico
Forense de Murcia, donde hoy se le practicará la autopsia, mientras la policía toma declaración a los testigos y al presunto agresor, que pasará en las próximas horas a disposición judicial.
La víctima mantuvo una relación esporádica con el hombre, según fuentes próximas a la fallecida, hasta que en julio pasado éste la encerró en una casa y le dio una paliza. Posteriormente el hombre siguió amenazándola de muerte por lo que Patricia lo denunció ante el juez, que había decretado una orden de alejamiento el pasado mes de noviembre.
Patricia A., que vivía desde hacía cinco años en España y trabajaba como cuidadora de un anciana en la capital murciana, había dejado en su país a su marido y dos hijos y compartía vivienda con su concuñada, una de las dos personas con las que fue a la explanada del Auditorio, zona habitual de reunión y esparcimiento de los inmigrantes ecuatorianos durante los fines de semana y días festivos.