El careo entre los confidentes Zouhier y Suárez Trashorras acaba en trifulca
El juez del Olmo decide suspender el interrogatorio
Madrid
El juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo, encargado de la instrucción de los atentados del pasado 11 de marzo en Madrid, decidió hoy suspender el careo entre los imputados Rafá Zouhier y Emilio Suárez Trashorras, debido al "alto nivel de enfrentamiento" que se produjo entre ambos. El propio Trashorras ha mantenido un 'cara a cara' con miembros de la Unidad de Estupefacientes de Avilés.
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Según fuentes jurídicas presentes en la declaración, el intercambio de insultos entre los dos imputados fue constante. Ambos se encontraban acompañados de sus respectivos abogados en el despacho del juez, junto con la fiscal adscrita al caso, Olga Sánchez, y varios policías nacionales.
El punto álgido de la diligencia se produjo cuando Zouhier se refirió en una de sus intervenciones a la mujer de Suárez Trashorras, lo que provocó que este último se levantara en tono amenazante hacia el primero. Un policía nacional tuvo que sujetar al asturiano para que no se moviera del asiento que ocupaba.
NUMEROSAS CONTRADICCIONES EN LAS VERSIONES
Fuentes presentes en la declaración definieron el careo entre ambos como "muy tenso" y destacaron las numerosas contradicciones entre las versiones que daban uno y otro.
Zouhier, según fuentes de defensa, sostiene y aportaba datos al juez, que mantuvo reuniones con Suárez Trashorras en 2003 en las que hablaron de los propósitos del ex minero de vender la dinamita robada.
Trashorras lo niega todo, aunque le recordaban en el 'cara a cara' hasta las casas en las que mantuvieron estas reuniones. Niega incluso haber estado en casa de su cuñado, Antonio Toro, y haberle contado que tenía compradores para la dinamita.
'CARA A CARA' CON EL JEFE DE ESTUPEFACIENTES
Suárez Trashorras mantuvo otro careo con el inspector jefe de Estupefacientes en la Comisaría de Avilés (Asturias), Manuel Rodríguez. El magistrado comprobó qué tipo de confidencias se hicieron, en qué fechas y observó mayor rigor en las afirmaciones del policía.
El agente insistió en que en enero de este año hablaron, pero sólo de temas relacionados con la droga, aunque el ex minero asegura que conversaron de los "árabes" y los explosivos, versión que el juez no se ha creído.
