Desestimada de nuevo la petición de Tony King de ser juzgado por jurado popular
El abogado volverá a recurrir
El titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número uno de Coín, Gonzalo Alonso, ha desestimado el recurso interpuesto por el abogado defensor de Tony Alexander King, Javier Saavedra, donde solicitaba que su cliente fuese juzgado por un jurado popular por el crimen de Coín.
Esta petición la realizó Saavedra después de que su cliente negase ser el autor de un delito de agresión sexual contra la joven Sonia Carabantes, asesinada el pasado 14 de agosto en la localidad malagueña de Coín.
Por su parte, el instructor entiende que pudo cometer el mencionado delito, por lo que debe ser juzgado por un tribunal profesional.
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El abogado defensor de King aseguró hoy a Efe que presentará un nuevo recurso para revocar dicha decisión y que en esta ocasión lo realizará ante la Audiencia Provincial de Málaga y si fuera necesario llegarán incluso al Tribunal de Derechos Humanos.
El cadáver de la joven fue descubierto el 19 de agosto semienterrado bajo unas piedras en la localidad malagueña de Monda, próxima a Coín, y los médicos forenses determinaron que había sido estrangulada y golpeada aunque no había sido agredida sexualmente.
Sonia Carabantes, de 17 años, desapareció cuando volvía de madrugada a su casa de Coín tras estar en la feria del municipio. El anterior abogado de King, Adrián Broncano, indicó meses atrás que la implicación del británico en este caso "no significa que sea el autor material", ya que la atropelló e intentó llevarla a un
centro para curarla, pero luego se asustó.
Los investigadores cuentan con el ADN obtenido de las muestras que se recogieron en el domicilio del imputado y que coincide con el de otras halladas en los escenarios de los crímenes de Sonia Carabantes y Rocio Wanninkhof.
El perfil genético de King, obtenido a partir de un calzoncillo y de una colilla que estaban en su casa, es idéntico, según los investigadores, al que se obtuvo de tejidos que había bajo las uñas de Sonia, al de la sangre que tenían los restos de un faro hallados cerca de la casa de la joven, y al de la saliva de una colilla hallada donde desapareció Rocío Wanninkhof el 9 de octubre de 1999.