271 españoles que esperaban un trasplante murieron en 2002
La tasa de donación de órganos en España es una de las más altas del mundo
Un total de 271 españoles fallecieron en lista de espera para someterse a un trasplante de órgano durante 2002 porque el órgano que necesitaban no llegó a tiempo a los hospitales, según un estudio elaborado por la revista Consumer. Asimismo, el 20 por ciento de los cadáveres que podrían haber donado sus órganos no lo hicieron por la negativa de sus familiares.
El informe destaca que sólo el 1 por ciento de las personas fallecidas no pueden donar sus órganos para que sean trasplantados a otra persona ya que no son válidos. Uno de cada cinco de los que resultan aptos no puede utilizarse en España porque los familiares de los fallecidos se niegan a ello.
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La tasa de donación de órganos en España es una de las más altas del mundo, situándose en 33,7 donaciones por millón de habitantes. Los hospitales españoles realizaron un total de 5.207 trasplantes, según el estudio.
Tras contactar con una decena de entidades que promueven la donación de órganos y analizar la normativa vigente en España, los responsables entrevistaron a un total de 407 personas, de las cuales 50 eran donantes de órganos y que fueron seleccionadas como muestra específica.
SER DONANTE SI NO HAY NEGATIVA EXPRESA
Sólo un 12 por ciento de españoles se declara donante de órganos y de éstos últimos nueve de cada diez poseen el carné oficial que les acredita como tales. No obstante, el 56 por ciento de encuestados asegura estar dispuesto a que tras su muerte se utilicen sus órganos para otra persona.
Puede considerarse que el 68 por ciento de españoles mayores de edad es donante de órganos. La ley establece que las personas puedan ser donantes sin que exista un carné u otra identificación. Así, todos los españoles son donantes por ley, salvo negativa expresa de los familiares, que actúan como transmisores de la voluntad del difunto.
De los que no se declaran donantes, aunque la mayoría se muestran dispuestos a serlo, algo más de la mitad reconoce no habérselo planteado nunca. Respecto a los motivos que explican esta actitud, el 19 por ciento alude a la falta de información y a no saber a quien dirigir su compromiso.
Casi un 40 por ciento de este colectivo reconoce que la razón para no hacerse donante es la 'dejadez', mientras que un 28 por ciento manifiesta su negativa explícita a que tras la muerte sus órganos sean utilizados para otras personas. El 37 por ciento de estas últimas personas superan los 45 años de edad.
MIEDO A LA DONACIÓN
Otros motivos aducidos son el miedo o el rechazo a estos temas -en un 11 por ciento de los encuestados-, la edad inapropiada -en un 9 por ciento de casos-, el hallarse enfermo o tomando medicaciones -en un 5 por ciento- y la convicción equivocada de que hacerse donante requiere mucho tiempo -en un 4 por ciento-.
Respecto al papel que juegan los medios de comunicación como fuente de divulgación para dar a conocer la necesidad de donaciones de órganos, sólo el 8 por ciento de quienes se declaran donantes recibió la información que le indujo a convertirse en donante a través de la radio, la prensa o la televisión.
PODER SALVAR VIDAS
El 28 por ciento asegura que esta posibilidad les fue transmitida por médicos o en el hospital, mientras que para un 22 por ciento la fuente de información fue el entorno familiar y los amigos, frente al 6 por ciento que reconocen que se convencieron a través de las campañas para promocionar las donaciones.
El 60 por ciento de los que se declaran donantes aseguran que se decidieron a dar este paso por solidaridad y la posibilidad de salvar vidas. El 18 por ciento señala que una vez fallecidos, los órganos no sirven para nada, mientras que el 14 por ciento asegura haber vivido de cerca lo que representa la necesidad de un trasplante.