El poderío de los embutidos y los quesos de La Rioja

Logroño

Cerramos una semana marcada por la presencia de La Rioja en el escaparate turístico más importante del mundo. Nuestra comunidad ha acudido a FITUR 2025 con el objetivo de presentar nuestro patrimonio histórico, cultural y natural y de afianzar nuestra posición de liderazgo en materia enogastronómica.

Argumentos no faltan y en ‘SER Gastro’ nos hemos detenido en dos exquisiteces de la artesanía agroalimentaria riojana; los embutidos y los quesos, con dos empresas referentes durante las últimas décadas.

Lácteos Martínez

Lácteos Martínez, el pequeño negocio que con un gran esfuerzo fundaron, hace más de medio siglo, el matrimonio formado por Jesús Martínez y Justi González, ha evolucionado con la segunda generación y hoy exporta a más de veinte países, un hito teniendo en cuenta que muchos de ellos son los principales productores de queso del mundo. Con una producción anual cercana a las 2.000 toneladas, los valores que la familia Martínez imprime en cada referencia son los mismos: la pasión por el producto, el respeto absoluto por la calidad de las materias primas, la dedicación en todo el proceso de elaboración y la humildad que se requiere para seguir mejorando.

Javier Martínez, experto quesero de la empresa, explica que “el sector lácteo es un sector muy dinámico y bastante competitivo pero bueno nos intentamos actualizar y adaptar a los gustos de los consumidores”.

Lácteos Martínez ha sumado, un año más, una larga lista de premios en la 36ª edición de los World Cheese Awards, uno de los reconocimientos más importantes del sector del queso a nivel mundial, con la obtención de dos oros, tres platas y tres bronces, “mi madre sigue con nosotros y lo ve y está realmente contenta y se emociona mucho. Si estuviera mi padre seguro que también estaría muy contento, aunque nos echaría la bronca por algo porque siempre estaba apretando”.

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Un manjar entre los encinares del Valle de Ocón

Embutidos Luis Gil está regentado actualmente por la cuarta generación de la familia.

Elaboran carnes, embutidos y jamones ecológicos a partir de su propia ganadería ecológica de cerdos Duroc criados en libertad en la finca ‘El Encinar’, en el Valle de Ocón.

El amor y el respeto por los animales y el entorno, la importancia del esfuerzo, la constancia… son valores que han sido trasmitidos de generación en generación, y cada una de ellas ha aportado unos valores. Delia Gil explica que “todo empezó con mi bisabuela, que se dedicaba más a elaborar de forma muy tradicional para una carnicería de pueblo. Era una mujer de mucho poderío, muy trabajadora, y de esa gente que ahora nos haría mucha falta. Luego por supuesto mi abuelo, más ganadero casi que chacinero, mi padre, que perdió a su padre a mi abuelo muy joven, se dedicó más a elaborar y a expandir un poquito el mercado animal a nivel nacional, y nosotras, mi hermana y yo seríamos la cuarta generación que bueno, hace ya unos cuantos años, 25 años, empezamos con la producción ecológica y sobre todo con la exportación que es lo que nos ha afianzado muchísimo en lo que es el sector de producción y de ganadería ecológica”.

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