Cuando al maltrato por ser mayor se une la condición de mujer y extranjera
Arnobia asegura que participar en el programa de buen trato de Cruz Roja "le ha cambiado la vida" e incluso asegura "haber rejuvenecido"
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Logroño
El edadismo fue un término acuñado por Robert Butler, allá por la década de los 60 del siglo XX, para referirse a los estereotipos y prejuicios existentes en relación a la edad. Una forma de discriminación a medida que se cumplen años. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que una de cada seis personas mayores en el mundo sufre algún tipo de maltrato asociado a su edad.
Un problema, el del maltrato a nuestros mayores, que se pone sobre la mesa en esta jornada con motivo de la celebración del Día Mundial de toma de conciencia del abuso y maltrato de la vejez y que evidencia las dificultades añadidas si se combina con la condición de ser mujer y, además, extranjera. Unas circunstancias que concurren en el caso de Arnobia, colombina vinculada al programa de buen trato a los mayores en Cruz Roja en La Rioja.
Su testimonio en la Cadena SER de La Rioja estremece al comprobar las muchas pruebas que ha tenido que superar. "Me han llegado a negar ayuda por mi edad, por ser mujer y extranjera", reconoce. No obstante, ahora, al calor de Cruz Roja, asegura que "mi vida ha cambiado por completo, soy feliz cuando voy a Cruz Roja; creo que he rejuvenecido", insiste con una amplia sonrisa, a pesar de las muchas penalidades que arrastra en su mochila vital.
Buen trato a los mayores
En la actualidad, Cruz Roja en La Rioja atiende a 58 personas dentro del programa de buen trato. El 70% son mujeres y se han realizado más de 300 intervenciones.
Cuando decimos “déjame hacerlo a mí, tú ya no sabes hacer nada”, “es mejor que no vayas, con tu edad mejor quédate en casa”, “no gastes en tonterías, tú ya no necesitas nada nuevo”, “haces el ridículo echándote un novio a tu edad”, o “papá, mamá, tu ocúpate de esto que no tienes nada mejor que hacer” a una persona mayor estamos subestimando sus capacidades, y eso, ‘aunque no lo sepas, también es maltrato’, y así de tajante se muestran desde la organización.
"No podemos tratarles como si fueran niños. Al contrario, tenemos que escucharles y aprender de su experiencia", destaca la trabajadora social, Begoña Pinillos, que forma parte de este programa.
"Hay muchas formas de maltrato: económico, sexual, intelectual, abandono...", ahonda la presidenta de la Plataforma de Trabajadores, Familiares y Usuarias de Centros y Servicios Sociosanitarios de La Rioja, Feli García Acosta. "Cuando una residencia de ancianos no cuenta con el personal suficiente, hay maltrato; cuando ofrece una comida poco adecuada, hay maltrato", insiste, reclamando al mismo tiempo un protocolo y una ley que regule la atención en estos centros.
Un nuevo modelo más cercano y personalizado
De hecho, el Gobierno de La Rioja, tras el virulento impacto que supuso la pandemia en este colectivo, trabaja en un nuevo modelo en las residencia de ancianos. "Un modelo con una atención más cercana y personalizada para que los mayores se sientan como en su propia casa, salvando las diferencias".
Pero también se puede ir un poco más allá. "Es preciso sacar todo el provecho a la experiencia y valía de los mayores en el mundo laboral", apunta el presidente de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y geógrafo humano, Rafael Puyol. Por ello, aboga por un pacto para favorecer que puedan prolongar su actividad en el ámbito de la empresa, ofreciendo su consejo y asesoramiento a los 'juniors' que se abren camino.