Otro revés al deporte femenino
El Campus Promete desaparece, pierde, por tanto, la máxima categoría del baloncesto femenino español, y se funda el Unibasket Logroño en Liga Femenina 2
Última foto del Promete en Liga Endesa con algunas jugadoras de su cantera. / CDP
Logroño
El Campus Promete, que en las últimas tres temporadas ha competido en la Liga Femenina (liga Endesa, máxima categoría del basket nacional), ha comunicado su desaparición y la cesión de su estructura a una nueva entidad, denominada Unibasket Logroño (UBL), que competirá en Liga Femenina 2, la tercera competición del baloncesto español, con una plantilla eminentemente riojana.
Este club pertenecía a la estructura de la Fundación Promete, una entidad sin ánimo de lucro liderada hasta 2019 por empresario Luis Cacho, enfocada en realizar actividades educativas, culturales y deportivas; este empresario dejó la entidad al ser nombrado consejero del Gobierno riojano y no regresó a ella a pesar de ser cesado en 2020. Además, las actividades de la Fundación quedaron muy mermadas por la pandemia por lo que, finalmente, la entidad ha decidido cerrar sus proyectos, entre ellos el equipo de baloncesto.
En el marco de esta decisión, se ha decidido ceder los derechos de la máxima competición española al Clarinos de Tenerife, que había descendido y que en los próximos días hará oficial su continuidad en la Liga Femenina. La plaza del equipo tinerfeño en la Liga Challenge -la segunda competición del baloncesto español- será ocupada por un equipo de Melilla, que ha accedido a realizar el cambio, y el nuevo club, el Unibasket Logroño, pasará a la Liga Femenina 2, en la que estaba el equipo melillense.
Este club, han afirmado sus responsables, continuará con la estructura deportiva del Campus Promete, que incluye una residencia de jugadoras, y un equipo júnior y otro cadete, que esta temporada han terminado los campeonatos de españa de sus categorías entre los 8 mejores de España. Los dirigentes del club han explicado que en estos días ultiman los trámites burocráticos para realizar los cambios de plazas y buscando patrocinadores para el nuevo proyecto.
Así, el deporte femenino pierde una plaza en la élite, como ya le ocurriera en su momento al Voleibol Logroño, gran dominador durante una década hasta su desaparición.
