Sheryl Crow y las segundas oportunidades que te cambian la vida

Madrid

En 1993 llegaron a las tiendas discos tremendos. El Get a Grip de Aerosmith, los debut de Counting Crows, Suede o Radiohead, pero también fue un año muy femenino con los primeros trabajos de Liz Phair, Bjork y los segundos de The Breeders, PJ Harvey o Mazzy Star. Aquel verano apareció también como un torbellino Sheryl Crow con Tuesday Night Music.

Crow, que venía de una ruptura y de pasar una depresión, se levantó de nuevo y dio sus primeros pasos en la música acompañando a grandes estrellas hasta que llegó su gran momento. En 1992 grabó con el sello A&M su primer disco, un álbum que costó medio millón de dólares, pero aquel disco nunca vio la luz. El dueño de su sello descartó aquel primer trabajo. Lo que podría haber sido el final de su carrera se tradujo en una nueva oportunidad que la cantante no iba a desperdiciar.

De la mano de un colectivo de artistas que trabajan de manera conjunta y que se hacían llamar como su disco, Crow dio forma a los temas finales de su disco de debut. Con aquellas canciones Sheryl Crow triunfó a lo grande y se convirtió en una enorme estrella.

Con seis sencillos de éxito, Tuesday Night Music Club se convirtió en la carta de presentación de Crow, una colección de canciones narradas desde el punto de vista femenino y con historias sin final feliz que conquistaron al público.

Esta semana dedicamos el Sofá Sonoro a recordar el debut de Sheryl Crow de la mano de Sheila Blanco y Lucía Taboada.

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