El fin de la publicidad de alimentos no saludables

Madrid

Nueve de cada diez anuncios dirigidos a niños son de alimentos no saludables. Esto es algo que llevan años diciendo los nutricionistas, la Organización de Consumidores y Usuarios, la Organización Mundial de la Salud… Esos anuncios se autorregulan por un código, el Código Paos, que rara vez se cumple. Eso cambiará a partir del año que viene, cuando el Gobierno aprobará un Real Decreto en virtud del cual no se podrán anunciar cinco categorías de productos: confitería de chocolate y azúcar; barritas energéticas y coberturas dulces y postres; pasteles, galletas, tartas y otros productos de pastelería; zumos; y, por último, bebidas energéticas y helados.

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Todos los demás productos, cabe destacar, se podrán anunciar siempre y cuando las grasas totales y saturadas, el azúcar total y añadido y los niveles de sal se mantengan por debajo de 225 kilocalorías por cada 100 gramos. Siguiendo este criterio podrán seguir anunciándose, por ejemplo, unas patatas de bolsa. Para conocer el punto de vista de la industria alimentaria y su opinión respecto a este Real Decreto, hablamos con Enrico Frabetti, director de Política Alimentaria, Nutrición y Salud de la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB). Por otra parte, Francisco Ojuelos, abogado experto en derecho alimentario y de la nutrición, nos explica la perspectiva de los consumidores.

Para la FIAB, este Real Decreto es un “ataque gratuito e injustificado de Consumo a los elaboradores de alimentos y bebidas”. Enrico Frabetti asegura que, más que el contenido del Real Decreto, les ha molestado la falta de diálogo a lo largo de este procedimiento: “Creíamos que se iba a buscar un consenso y de repente nos encontramos con que todas las decisiones ya estaban tomadas. Todavía no hemos tenido la ocasión de hablar con Consumo”. Francisco Ojuelos explica que la Administración debe regular este asunto porque tiene una obligación legal: “No es que el Gobierno deba o no deba meterse a regular la publicidad, es que tiene que hacerlo. El Código Paos nunca ha funcionado de manera mínimamente satisfactoria”.