Tarjetas revolving: el timo del "compra hoy, paga mañana"
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Persona firmando un contrato. / Getty Images
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Madrid
Más de 700.000 familias en España se enfrentan a dos cuestas de septiembre: la de la factura de la luz desbocada, que arrastra además a otros suministro básicos, y la de la deuda. Muchas entidades financieras, supermercados y centros comerciales se aprovechan de esta situación y les ofrecen productos opacos como las tarjetas revolving, bajo el engañoso lema del "compra hoy y paga mañana". En realidad, los intereses que entrañan son desorbitados y los usuarios suelen meterse en bucles de deuda.
La tarjetas revolving funcionan como una tarjeta de crédito, pero con una cuota fija que el titular va pagando cada mes. El problema es que los intereses que acarrea son muy elevados y al final nunca se termina de amortizar la deuda. Podemos acabar pagando el triple del importe de lo que compramos.
¿Cómo sabemos si la tarjeta que nos ofrecen es revolving? Patricia Suárez, presidenta de la Asociación de Usuarios Financieros (ASUFIN), apunta a dos claves: la primera, mirar la tasa anual equivalente (TAE), que permite comparar cuánto costará ese préstamo. Por otro lado, tener en cuenta la cuota que estamos comprometiéndonos a abonar. Si es fija, significa que la deuda se irá alargando en el tiempo.
Suárez recuerda que el Tribunal Supremo ha declarado estas tarjetas como usurarias y por tanto el consumidor tiene derecho a reclamar los intereses. Las entidades que las han comercializado han devuelto ya más de tres millones de euros en total a los clientes de revolving.
Atención también a los préstamos rápidos: pueden llegar a suponer un 1000% TAE.