Sin taparse la cara

Madrid

Buscando una frase de impacto, Pablo Casado, que estrena nuevo jefe de Gabinete, ha prometido en el Financial Times un “gobierno de salvación nacional”, que bien podría reducirse a otro, bajo mínimos, de “sálvese quien pueda”, encabezado por Casado o quién sabe si por Sánchez, cuando deje fluir la crisis que mantiene  retenida.

Sabemos que quien sea titular del ministerio de Hacienda debe atenerse al principio de las cuentas claras, mientras que quien ocupe la posición de portavoz del Gobierno ha de servir el chocolate espeso. De ahí la contradicción en que vive María Jesús Montero atendiendo necesidades de naturaleza tan opuesta. Así que, en la rueda de prensa de ayer después del Consejo, hubo de esconder el calendario del reencuentro con Cataluña al que antepuso la visita de Pere Aragonés a la Moncloa, una cortesía de la que se excluye a la Zarzuela. Eludió también responder sobre si Junqueras se sentará a la mesa de diálogo y puso esa decisión en manos de Pere, a quien corresponderá fijar la alineación de su equipo.

Aprendimos, días atrás, el contraste entre la valentía, de una parte, y, de otra, la venganza y la revancha. Ahora sabemos, además, que el presidente Sánchez,  ignorando lo que nos dijo solemne en sentido contrario y decidido a dar salida a una situación, por supuesto, heredada, no va a taparse la cara como los monos de Gibraltar, lo hará a cara descubierta. Eso sí, la portavoz descartó el indulto a Puigdemont antes de ser juzgado. Preparemos, pues, para cuando suceda lo contrario porque lo exijan la audacia y el liderazgo.