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Nacer para la anécdota

"El universo de John le Carré era duro y melancólico. En sus novelas, la decepción es la salida ética a una guerra que nadie controla"

'Nacer para la anécdota', por Javier Pérez Andújar

'Nacer para la anécdota', por Javier Pérez Andújar

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Barcelona

Ha muerto John le Carré y me he acordado de cuando de chaval jugaba a espías. El otro día, Millás y Paqui Ramos jugaron a ser ciegos. Lo había intentado de niño. Andar a tientas con los ojos cerrados. Quizá, ver y no ver sean la misma cosa. Tenerlo todo delante de las narices y no ver nada, esto es lo que me pasa cuando leo las noticias. Sólo entiendo los sucesos. Nací para la anécdota. Cuando iba a casa de mis tías, me encantaba la revista Diez Minutos porque traía una página de curiosidades. Lo mismo me ocurría con los tebeos, me fascinaban aquellas frases que ponían abajo como subtítulos. La capital del Paraguay. Y alguien que había estado meses sin dormir. Y la noticia de que un inglés era el dueño del hipopótamo más gordo del mundo. En artes plásticas a esto lo llamaron collage, y de ese modo forjaría mi manera de pensar. Soy incapaz de relacionar una noticia de hoy con otra de ayer o de la página siguiente. Nací para las oraciones yuxtapuestas. En gramática, existen diferentes clases de oraciones; pero en religión todas las oraciones son yuxtapuestas. Se pasa de una a otra en un acto de fe. A aquel hombre que había aguantado tanto tiempo sin dormir, me lo imaginaba gordo como un hipopótamo. Los conspiranoicos utilizan el mismo tipo de asociación de ideas. Piensan por yuxtaposición. Aunque la mayoría de la gente, ya lo dijo Freud, piensa principalmente en frases copulativas. El universo de John le Carré era duro y melancólico. En sus novelas, la decepción es la salida ética a una guerra que nadie controla. El planeta es un sitio muy frío y la gente lleva corbatas de topos. Un espía no tienen derecho al amor. Sus personajes han visto cómo funciona el mundo, y por eso cierran los ojos. Jugar a espías y jugar a no ver es el mismo juego con distintas reglas.

 
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