Las palabras de Isabel Díaz Ayuso empujan al PP hacia Vox

Madrid

Resuenan todavía hoy los ecos de la celebración del día de la Constitución. Dos discursos diferentes que resumen muy bien el nivel de polarización que hay ahora mismo en la política española, y no solo en la política.

Defensa de la Constitución por parte del Gobierno. Pedro Sánchez, habló de su fortaleza. La Constitución está en peligro por parte de la oposición de derechas, y el origen del peligro es, en opinión de esta oposición, el propio gobierno.

La conmemoración de ayer tenía demasiado ruido de fondo: los acuerdos presupuestarios, las cartas y el chat de los militares, las manifestaciones convocadas por la ultraderecha, un Gobierno gestionando una pandemia y una oposición que ve enemigos de España por todas partes. Con todos estos ingredientes era realmente difícil el entendimiento, a pesar de los esfuerzos de la presidenta del Congreso que tuvo que insistir en lo obvio, en que todos los partidos tienen plena legitimidad.

Y en medio de tanto ruido, una voz solista, la de Isabel Díaz Ayuso, que se alineó sin pudor con las tesis de los militares que han mandado cartas al rey Felipe VI, utilizando sus mismos argumentos y señalando al gobierno, algunos de cuyos miembros, dice, quieren derrocar la constitución, aquí no sé si le falló la palabra, si lo que quería decir era derogar, o si quiso realmente utilizar ese lenguaje militar. En cualquier caso, es inadmisible que la presidenta de la Comunidad de Madrid se ponga del lado de aquellos que reivindican el franquismo y que, en privado, sueñan con fusilar a millones de españoles.

Las palabras de Ayuso desarman el discurso de Pablo Casado y su intento de recoger los restos de los moderados descontentos con el actual gobierno. No se puede ir de moderado, o no se puede intentar, cuando se habla desde Génova y de ultra cuando se habla desde la Puerta del Sol, porque las palabras de Isabel Díaz Ayuso empujan al PP hacía Vox, de quien Casado intentó separarse en aquel famoso discurso de la moción de censura.

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Puede que Casado tenga un problema con Ayuso y su tendencia a ir por libre o puede que le sirva para no ahuyentar a esa parte del electorado del PP que está a un paso de irse con Vox. Doy por hecho que estará valorando lo que le vaya mejor electoralmente, porque siempre se trata de eso. Aunque sea a costa de polarizar y sumir al país en un clima irrespirable.