Felipe y las alianzas de Pedro

Madrid

Era el jueves pasado, a mediodía. Presentaban la biografía de Rubalcaba Felipe González, Elena Valenciano, Eduardo Madina y el autor, Antonio Caño. Los periodistas preguntaban por las alianzas que, de cara a los Presupuestos Generales del Estado y más allá, estaba forjando el presidente, Pedro Sánchez, con Esquerra Republicana de Cataluña, de Rufián, y EH Bildu, de Otegi. Contestó Felipe González. Bien oiréis lo que decía: primero, que todos los que ocupan escaños en el Congreso de los Diputados lo hacen de modo legítimo, merced a los votos que obtuvieron; segundo, que del pasado y las cuentas pendientes se encargan los tribunales; tercero, que los citados partidos nacionalistas pretenden la disolución de España; y cuarto, que, por esa pretensión, no por su pasado, él nunca establecería una alianza con Bildu.

Atentos, pues, a esta cuestión de la indisoluble unidad de la Nación, patria común e indivisible de todos los españoles, cuya soberanía, independencia, integridad territorial y ordenamiento constitucional tienen la misión de garantizar las Fuerzas Armadas, según el artículo octavo de nuestra carta magna y conforme al juramento a la bandera prescrito en la Ley 39/2007 de 19 de noviembre. Continuará.