El escándalo de Arguineguín
Lo ocurrido en Arguineguín es un drama humano, un escándalo social y, por encima de todo, la prueba definitiva de algo demoledor: nadie tiene ni idea de qué hacer
Madrid
Lo ocurrido en Arguineguín es un drama humano, un escándalo social y, por encima de todo, la prueba definitiva de algo demoledor: nadie tiene ni idea de qué hacer. Ni la cadena de mando política, la que va desde el alcalde del pequeño municipio hasta el presidente Pedro Sánchez, ni la policial, la que va desde el comandante de puesto de la Guardia Civil hasta el ministro del Interior saben muy bien como actuar.
El escándalo de Arguineguín
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El gran número de inmigrantes llegados de golpe desbordó las estructuras y procedimientos de recepción que están previstos y que ya de por sí suelen ser deficientes.
Yo ya sé que todo en torno al fenómeno migratorio es un compendio de hipocresías, de contradicciones y de inhibiciones. O mejor dicho, una búsqueda general de excusas para escurrir el bulto. Se podrían escribir muchos libros sobre los zigzagueos de la Unión Europea para esquivar sus responsabilidades y endosárselos a los países frontera. Y sé también que este tema sólo se ve claro cuando se está en la oposición, nunca cuando se gobierna, y que todos guardan miserias en su pasado. Por eso es facilísimo replicar a cualquier acusación.
O sea que frente al ignominioso escándalo de abandonar a 200 seres humanos en medio de las calles, como ocurrió anteayer, se puede recordar la ignominiosa deportación en 1996 de 136 inmigrantes drogados con haloperidol cuando Aznar dijo aquello de "teníamos un problema y lo hemos resuelto". Yo ya sé, pero no vale.
Esto es algo mucho más serio que una partida en el tablero de la demoscopia. Es un problema humano y político de primera magnitud y le toca al gobierno de Sánchez, y perdonen la ironía, y al de Pablo Iglesias también. Supongo que no se están alejando tanto como para no entender que han de actuar como una piña y sin perder un segundo, y que no fue nada bueno que este problema tan tremendo les pillara estando o pareciendo que estaban cada uno por su lado.