Apocalipsis del pasado
El aquí y ahora es ya suficientemente inquietante como para recrear continuamente apocalipsis del pasado
Madrid
Fue Alfonso Guerra quien dijo que a España no la iba a conocer ni la madre que la parió tras los gobiernos socialistas de los años 80. Alfonso Guerra está ya fuera de la política. Pero ni a España ni al mundo lo vamos a conocer cuando haya pasado este tsunami pandémico y todas sus consecuencias.
Los cambios intensos y profundos que ya se avecinaban en el mundo antes del coronavirus se aceleran ahora. El teletrabajo, la Sanidad, la transición energética... y en nuestro país también el sector bancario. Primero fue La Caixa y Bankia, ahora... BBVA y Sabadell.
Todo cambia. Menos una parte de los discursos políticos que en España parecen aferrados a un mundo que ya no existe. La fragmentación parlamentaria se consolida elección tras elección, pero algunos de sus protagonistas parecen congelados en el tiempo. Cada día hay que recordar que esta democracia derrotó a ETA. Cada día hay que recordar que en España hay cuatro lenguas cooficiales. Cada ley de Educación tropieza con la religión y con el eterno debate sobre la escuela concertada. En cada votación en el Congreso importa más quién vota que lo que se vota. También es tiempo para hacerse preguntas. La crisis territorial... ¿Es más grave ahora que en el otoño de 2017?
El aquí y el ahora son ya suficientemente inquietante como para recrear continuamente apocalipsis del pasado.