Mucho más que Trump
En Estados Unidos se dirime mucho más que la presidencia de la todavía primera potencia del mundo. Se dirime la esencia misma de la democracia en un país partido por la mitad, polarizado hasta el delirio. Ayer decíamos que Trump había llevado a su país al borde del abismo y que con la gestión poselectoral comprobaríamos si está dispuesto a precipitarlo en él. Su primera declaración esta mañana va exactamente en dirección al precipicio. Veremos si el sistema aguanta el envite
Madrid
Veinticuatro horas después de las elecciones en Estados Unidos, se mantiene la misma incertidumbre que marcó la jornada electoral. Incertidumbre sobre el resultado, muchísimo más ajustado de lo que todas las encuestas anunciaron, e incertidumbre sobre el respeto a la regla básica de la democracia que es la aceptación por los contendientes del resultado.
Donald Trump, que aunque pueda perder la presidencia mantiene una enorme fortaleza, ha disparado hoy contra el sistema democrático, hablado sin pruebas de fraude y pretendiendo que no se cuenten los votos de los norteamericanos que han ejercido su derecho por correo. Lo último es que esta tarde ha pedido a la Justicia un nuevo recuento en Wisconsin y parar el escrutinio en Michigan y Pensilvania, donde Biden va imponiéndose... ¿Qué estaríamos diciendo de cualquier otro país donde ocurriera esto? ¿Cómo calificaríamos el atrincheramiento en el poder de un presidente que desprecia el dictamen de las urnas? ¿Cuántos observadores hemos enviado a países bajo sospechas mucho más leves?
En Estados Unidos se dirime mucho más que la presidencia de la todavía primera potencia del mundo. Se dirime la esencia misma de la democracia en un país partido por la mitad, polarizado hasta el delirio. Ayer decíamos que Trump había llevado a su pais al borde del abismo y que con la gestión poselectoral comprobaríamos si está dispuesto a precipitarlo en él. Su primera declaración esta mañana va exactamente en dirección al precipicio. Veremos si el sistema aguanta el embite.
Mención aparte merece, y muy preocupante, la evidencia de que ahí fuera hay un mundo que permanece por debajo del radar de las encuestadoras, el periodismo, la politología. Esta vez, como hace cuatro años, tampoco se vio venir la fortaleza del trumpismo que, ya está claro, va mucho más allá del propio Trump.
El resultado de Estados Unidos, gobierne quien gobierne, merece una reflexión muy profunda sobre las burbujas en las que vivimos, desde mucho antes de la pandemia.