Como una ola
El Gobierno, en vez de proponer cambiar el nombre de "toque de queda", tal vez debería empezar a cambiar el nombre de "ola" por el nombre de otra cosa en la que nosotros sí podemos intervenir. Y de qué manera

Madrid
Buenos días a todos los amigos oyentes, en especial a Héctor Socas, un gran científico amigo mío con el que charlé el otro día y me iluminó la mente. Oímos hablar de la primera ola de la pandemia, y ahora hablamos de la segunda.
Quiero hacer una reflexión. Escuchad esta ola del mar:
Las olas del mar vienen y van sin que nosotros tengamos nada que hacer, sin que dependa de nosotros su tamaño ni su fuerza. No podemos hacer más pequeñas las olas del mar, o más grandes, o más duraderas, o más breves. Viene una ola, luego otra, sin que podamos intervenir.
Pero esta ola de la pandemia es distinta. Nosotros sí que podemos alterarla. Por eso no sé yo si llamar olas a estos golpes de la pandemia es algo acertado, porque nos da la falsa impresión de que la ola viene y se irá sin que nada podamos hacer, que forma parte de un curso, de una marea que en la que las personas no intervenimos.
El Gobierno, en vez de proponer cambiar el nombre de "toque de queda", tal vez debería empezar a cambiar el nombre de "ola" por el nombre de otra cosa en la que nosotros sí podemos intervenir. Y de qué manera.