Cálculos siniestros
Pues ahí calla el pimpollo Casado, escondiendo un apoyo que debería haber sido automático por pura lealtad institucional, pensando qué le reporta más réditos electorales a su partido, si sumarse al carro de sus propias autonomías, angustiadas por las cifras de contagio y hospitalarias
Madrid
Ya estamos todos en estado de alarma, algo perplejos ante la complejidad política y legal a la que nos obliga este sistema tan difícil de entender cuando hay situaciones extremas, siempre en el alambre de un demediado Estado federal, fórmula sui generis que hasta ahora ya hemos visto que solo nos ha llevado a la melancolía del desorden en este horrible asunto del maldito bicho.
Ojalá ahora se acierte, y los nacionalistas indomables, sobre todo Isabel Díaz Ayuso, la más independentista de todos, veleta ridícula pero tóxica para los madrileños, dejen sus ocurrencias para otras batallas, que la pandemia, cada vez más feroz, desaconseja bromas chulescas y enfrentamientos estúpidos.
¿Y el PP? Pues ahí calla el pimpollo Casado, escondiendo un apoyo que debería haber sido automático por pura lealtad institucional, pensando qué le reporta más réditos electorales a su partido, si sumarse al carro de sus propias autonomías, angustiadas por las cifras de contagio y hospitalarias, o jugar, de nuevo, a la indecencia del nos ahogan y coartan nuestra libertad desde el gobierno bolivariano. Solo cálculos siniestros.