Un político win-win
Harían bien tanto la derecha por razones obvias como especialmente la izquierda, de no perder de vista que Vox podría sacar rédito electoral de la 'patochada' que tanto irritó a Aitor Esteban
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Madrid
Pedro Sánchez es un político 'win-win'. A día de hoy ha sido el único que como diputado ha presentado una moción de censura y la ha ganado y que como presidente se la han presentado en contra y su promotor la ha perdido. Así, las complicidades que el socialista supo tejer contra el Ejecutivo de Mariano Rajoy; Santiago Abascal no ha conseguido sumarlas al resto de las derechas contra el líder del PSOE.
Al contrario, nunca ante la utilización del mismo mecanismo parlamentario en las cinco ocasiones que se ha aplicado en 40 años. El resultado había sido tan abrumador. Pero hay más. Al ganar hoy por goleada la reprobación, Sánchez se ha desmarcado del riesgo que algunas voces del PP insistirán en tildar de ilegítimo, como volvieron a insinuar hace unos días tras la revisión por parte del Supremo de la sentencia de la Gürtel, de la que, por cierto, los populares quisieron hacer una lectura tan interesada como desmedida.
Ahora bien, como una moción de censura es un mecanismo excepcional, también suelen serlo sus consecuencias políticas, para bien o para mal. Y ahí están los ejemplos para demostrarlo. Cosa distinta pueden ser las secuelas sociales tras la descontada satisfacción de hoy por saber que no podía avanzar. Harían bien tanto la derecha por razones obvias como especialmente la izquierda, de no perder de vista que Vox podría sacar rédito electoral de la 'patochada' que tanto irritó a Aitor Esteban. Porque suelen ser los votantes de izquierdas los primeros que se suman al populismo de la extrema derecha, cansados como acaban del incumplimiento de las promesas de los suyos y hartos de ser los más castigados por la diversidad de crisis que nos azotan. Lo demuestran dos ejemplos franceses en quince años: la generación Le Pen, padre e hija.