De mal en peor

Madrid

Alguien decía ayer aquí en ‘La Ventana’ -y hace meses que se repite- que esta pandemia, como todas las grandes catástrofes, saca lo mejor y lo peor de nosotros. Y es verdad, no tengo ninguna duda al respecto. Pero hay algo más, y está bien recordarlo: siempre que van mal dadas, es como un principio de física, o como la ley de la gravedad, siempre que las cosas se complican, los que ya estaban apurados, los que están más abajo, los que ya vivían con grandes dificultades… Van a peor.

No mejoran, empeoran. Eso es impepinable. Los que estaban muy, muy bien antes del covid… Bueno, tienen cuerda y colchón para aguantar; sufren molestias, pero ningún problema grave. Los que estaban bien, ahí puede chirriar algo, tal vez aparcar algunos proyectos, nunca es agradable, pero tampoco ningún cambio radical. Los que estaban sólo bien, justito, a secas, de esos ya hay bastantes que sufren. Y los que ya estaban debajo de todo, pues ahora se hunden más. No creo que sea justo, pero es lo que hay.

Hoy traemos a ‘La Ventana’ un ejemplo rotundo: los centros de acogida de inmigrantes en Canarias, donde se registran decenas de contagios de covid; no porque esas personas traigan el virus a cuestas, de origen, sino por las malas condiciones en las que viven. Hace muchos años, muchos, que llegan pateras a Canarias y a otras partes de España como para que sigan ocurriendo estas cosas.

Así que tal vez deberíamos hacérnoslo mirar. Y no creo que decir esto sea buenismo; es, simplemente, tener un poco de vergüenza.