El día que la reina Juliana de Holanda descubrió algunas cosas de su marido

No se puede decir que los españoles hayamos tenido mucha suerte con nuestra casa reinante, pero tampoco vayamos a creer que las otras monarquías europeas son una fuente de alegrías constantes para sus respectivos países.

Tal día como hoy, la que tuvo un muy mal despertar fue la reina Juliana de los Países Bajos. Era el año 1976, y su marido Bernardo ya hacía tiempo que estaba siendo acusado de aceptar un soborno de la Lockheed Corporation, una empresa aeronáutica estadounidense. Cuando unos periodistas le preguntaron si había recibido más de un millón de dólares para influir en el gobierno de su país, para que comprara aviones de esta compañía, él dijo que estaba “por encima de esas cosas”.

El 26 de agosto, la publicación de unas cartas suyas demostró que esa afirmación no era del todo cierta. Además, salieron otras informaciones no precisamente positivas, como su pertenencia a las SS nazis durante la guerra o sus numerosas aventuras extramaritales, que habían resultado en un mínimo de dos hijas ilegítimas.

Pese a esta infidelidad continuada, la reina Juliana dijo que si llevaban a su marido a juicio, que ella abdicaría. Ante la amenaza de una crisis constitucional sin precedentes, el gobierno al final decidió respetar la voluntad de la reina. Seguramente por suerte para los dos, Bernardo sólo vivió cuatro años más, y no tuvo tiempo de meterse en más escándalos ni de huir a Abu Dhabi.