Aumentan las peticiones de empadronamiento en los micropueblos de Cataluña tras el confinamiento
Joan Solà, vicepresidente de la Asociación de Micropueblos de Cataluña, explica la petición que dirigirán al Govern y en la que plantean una serie de mejoras de las condiciones de vida de estas localidades
Aumentan las peticiones de empadronamiento en los pueblos de Cataluña tras el confinamiento
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Madrid
En este atípico verano marcado por la pandemia, ya hemos comentado varias veces que las zonas rurales y de interior han pasado a ser las elegidas por los turistas, huyendo de las aglomeraciones y buscando una libertad que han añorado durante los meses de confinamiento. La tendencia podría ir ahora más allá de meros desplazamientos por ocio y vacaciones, pues muchas familias se están planteando mudarse de forma permanente a estos entornos rurales. Y algunas lo han hecho ya. Así lo ha reflejado la Asociación de Micropueblos de Cataluña.
Joan Solà, vicepresidente de la entidad y alcalde de Riner (comarca de Solsonès, Lleida) se ha asomado esta tarde a ‘La Ventana’ para contarnos cómo a los efectos de la pandemia se ha sumado también el incremento de peticiones de empadronamiento en algunos micropueblos de la región. Se trata de pueblos de menos de 500 habitantes, que han sido agrupados por esta Asociación bajo el nombre de ‘micropueblos’, y suponen el 35% del territorio de Cataluña.
Tras el incremento de empadronamientos, la Asociación está trabajando en una petición que dirigirán al Govern y en la que plantean una serie de mejoras de las condiciones de vida de estas localidades: “trabajamos en cómo vivir mejor en estos micro-pueblos. Necesitamos mejores telecomunicaciones y comunicaciones terrestres”, contaba Joan Solà. Entre estas medidas, también plantean incluir un plan de mejora de las condiciones de habitabilidad, pues consideran que en este momento es difícil encontrar lugares habitables dignos.
La repoblación de la España vaciada es, a priori, una premisa a la que le acompañan connotaciones positivas. No obstante, sin los apoyos suficientes y una reestructuración adecuada de los recursos, no podría llevarse a cabo de forma efectiva. “Que venga gente a vivir significa equilibrio territorial, y conforma un territorio con vida, por eso intentamos poner cada vez más facilidades, pero necesitamos ayuda de los gobiernos para que estas facilidades sean una realidad”, declara Joan.
Joan Solà es también alcalde de uno de estos micropueblos: Riner, en la provincia de Lleida. Allí han visto cómo su población se incrementaba en casi un 10% en los últimos meses: “ha aumentado la población en unas 20 personas (…) En la escuela tenemos ahora unos 25 alumnos cuando siempre habíamos sido muchos menos”.
