Pactar el presupuesto

Madrid

Ya sé que vivimos tiempos en los que todo es negro o blanco, de polarización extrema, y que quien se mueve no sale bien en la foto de las nuevas plazas públicas que construyen un patíbulo donde se cuelga cada hora, aproximadamente, a quien simplemente se sale de los eslóganes de turno. Pero lo que nos está pasando es muy gordo, nadie sabe bien hasta donde llegará el descalabro económico y social, y ni siquiera el sanitario. Empezamos a levantar cabeza y a la espera de que Europa apruebe su plan de reconstrucción, que no será sencillo, todas las manos van a ser pocas para hacer frente a lo que viene. El gobierno tiene que presentar presupuestos en septiembre y para aprobarlos volverá a sudar tinta para conseguir una mayoría parlamentaria. En Cataluña puede haber elecciones este otoño y Esquerra se enfrentará al eterno dilema de que los de Puigdemont usen en su contra el apoyo a los presupuestos. Ciudadanos sigue haciendo gestos evidentes de que prefiere ser útil que encerrarse a gritar en una esquina, pero hoy ya ha dicho que no le gustan los términos económicos del pacto que sustenta al gobierno de coalición. Y el propio gobierno ya ha tenido que aterrizar en una realidad que no se parece en nada al momento en que firmaron ese documento.

Todo el mundo pide consenso, hoy lo han hecho los grandes empresarios, por cierto,  un tanto para Garamendi esa cumbre empresarial. Todo el mundo dice que quiere consenso, pues con los presupuestos, que no son unos presupuestos cualquiera, son los de la reconstrucción de este país, llegará la hora de demostrarlo.