Prioridades
Niega Casado la crispación aunque luego están los tweets y los dedos que señalan en el Senado y todo eso contrasta con las apelaciones a los pactos o el llamamiento a buscar las mejores ideas y con el trabajo de sanitarios como el de nuestro compañero Carlos Cano
Madrid
Macron va a reunir a una especie de consejo de sabios -economistas, intelectuales, premios nobel- para recoger ideas sobre cómo salir de esta. En Italia, el primer ministro Conte planea algo parecido. Unos Estados Generales, ha dicho, y la prensa italiana se ha puesto a compararlo con los estados generales de Francia de Luis XVI en Versalles.
En España tenemos la comisión de reconstrucción, aunque de momento el episodio más mediático fue lo del golpe de Estado y el "cierre al salir" y aquel llamamiento de Patxi López de que los políticos, si no sirven ahora, es que no sirven para nada.
"No nos mueve el odio hacia nada ni hacia nadie", decía Casado ayer. Poco después, Rafa Hernando se dirigió al vicepresidente Iglesias llamándole "Coletas". Niega Casado la crispación aunque luego están los tweets y los dedos que señalan en el Senado y todo eso contrasta con las apelaciones a los pactos o el llamamiento a buscar las mejores ideas.
Contrasta también con el trabajo de sanitarios como el de nuestro compañero Carlos Cano, dedicado aquí en Hoy por hoy a la información gastronómica pero que dejó la radio por unas semanas para dedicarse a su otra ocupación: enfermero. Contó su experiencia ayer en La Ventana.
Se emocionó al contar cómo le había puesto el teléfono a un paciente que sólo le veía los ojos para que pudiera hablar con sus hijos y despedirse.
Pues eso, que es cuestión de prioridades. Da que pensar ahí lo que sucede en España, con las terrazas reabiertas pero aún con el debate sobre cómo vuelven los niños a clase. En una viñeta de Puebla publicada en ABC se ve a un hombre reservar mesa en una terraza. "¿Para qué tipo de celebración?," le preguntan. "Para dar clase a mis alumnos, que aquí se les deja reunirse", contesta el hombre.
