Cesado, y bien cesado
Ahora el objetivo es Marlaska. No es nuevo, viene desde que fue nombrado ministro, que como juez gustaba mucho a la derecha, pero fue encargarle Pedro Sánchez Interior y el otrora magnífico y aguerrido magistrado se convirtió en un tipo despreciable
Madrid
Volvamos a la cacería, que es lo que nos gusta y para lo que hemos venido a este mundo, se dirán en PP, Vox, la caverna y otros chicos y chicas del montón. Pinchan en hueso, pero les da igual. Ahora el objetivo es Marlaska.
No es nuevo, viene desde que fue nombrado ministro, que como juez gustaba mucho a la derecha, pero fue encargarle Pedro Sánchez Interior y el otrora magnífico y aguerrido magistrado se convirtió en un tipo despreciable.
Es notoria la torpeza con la que llevó Marlaska el caso Pérez de los Cobos. Con lo fácil que hubiera sido destacar lo obvio, la pérdida de confianza, razón más que natural para cesar a un cargo político, sin enredarse en justificaciones ridículas.
Dicho esto, el susodicho coronel no tenía que permanecer en su poltrona ni un segundo después de que ocultara a su jefa de la Guardia Civil que sus hombres habían enviado un informe al juez, y no es irrelevante, mentiroso y malintencionado. Por mucho que ahora políticos y medios retuerzan papeles y discursos.