Se acabó donde se debía, en el esperpento
Desde que estalló la crisis, el Gobierno, haga las cosas bien o haga las cosas mal, las hace siempre a destiempo
Se acabó donde se debía, en el esperpento
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Madrid
La historia está llena de sorpresas. Cuando Estados Unidos mató a Bin Laden y empezaron a surgir teorías sobre si fue real o no, Obama rompió la barrera racial más delicada de todas: se convirtió en el primer negro de la historia de Estados Unidos tratando de convencer a la gente de que había matado a un hombre. A este ritmo, la manifestación del 8M en España se convertirá en la primera de la historia en la que sus convocantes le restan afluencia. La obsesión de la oposición en convertirla prácticamente en la puerta de entrada del coronavirus en España ha acabado en donde merecía: el esperpento. O sea, en un informe de la Guardia Civil que recoge bulos y medias verdades con el fin de demostrar que los responsables políticos, al permitir la manifestación, mandaban conscientemente a la gente a enfermar (ellos mismos también). En un Gobierno que exige conocer algo que no le compete y en un ministro de Interior destituyendo al jefe de la Guardia Civil, que no puede darle lo que le pide, y mintiendo sobre las razones del despido. Desde que estalló la crisis, el Gobierno, haga las cosas bien o haga las cosas mal, las hace siempre a destiempo. Dos inquietantes preguntas: ¿cuántos informes de la Guardia Civil se hacen a veces de esa forma chapucera porque hay jueces que están deseando creérselos? Y cuando se relajen las cosas, ¿cuál va a ser la primera pieza que entregue Sánchez? Tiene competencia.
Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio de escribir en el periodismo local gracias a Diario...