La Transición
Sólo hay que sustituir virus por fascismo para saber cuándo se toman medidas para salvar vidas, y cuándo se toman las mismas para aplastarlas
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Madrid
Me ha hecho gracia ver algunas personas con banderas franquistas pidiendo acabar con medidas que las dictaduras toman sin necesidad de virus.
El virus ha obligado a todos los gobiernos del mundo a adoptar medidas ‘simpáticas’ con el totalitarismo. Se observa mejor que nunca los estragos del miedo: la sospecha del extraño, la protección ante el extraño. Se cierran fronteras, se aspira a tener controlado al individuo 24 horas, se rastrean sus contactos y se llega hasta la última persona que se relacionó con él, Roma para los romanos titulaba esta semana 'El País', y muchas de nuestras comunidades están un poco en las mismas: a ver quién viene y qué nos trae; cuarentena para el extranjero y control sobre él cuando llega a España; hasta llevamos mascarilla, una boca cerrada, simbólicamente sería la falta de libertad de expresión. Y la desescalada vendría a ser nuestra reapertura democrática: vuelve el derecho de reunión hasta diez personas, vuelve la libertad de movimientos controlada, vuelve la ocupación del espacio público.
Tomamos estas medidas por nuestra protección y porque con nuestra protección protegemos a los demás; las tomamos por una emergencia sanitaria. Como lección política es magnífica, hay que sustituir virus por fascismo para saber cuándo se toman estas medidas para salvar vidas, y cuándo se toman para aplastarlas.
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Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio de escribir en el periodismo local gracias a Diario...