Guerra en Hollywood: guerra de las plataformas
El confinamiento ha disparado los beneficios de las plataformas de contenido online: ellas son las grandes ganadoras de la expansión de la pandemia, pero las cifras se oscurecen al mirar al futuro. Lo analizamos con Elena Neira, profesora de la UOC y experta en plataformas digitales.
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La guerra de las plataformas
14:09
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Madrid
Las plataformas de streaming son las grandes ganadoras de la pandemia. Netflix es el claro ejemplo de ello: sus beneficios netos se han disparado más del 100% y suman 710 millones de dólares más sólo en el primer trimestre del año, momento en que se suscribieron a la plataforma 15,77 millones de clientes, precisamente, coincidiendo con los confinamientos estimulados en gran plantea del planeta. Una de sus principales competidoras, Amazon Prime –cuya empresa matriz aúna el éxito en el reparto de paquetes y su plataforma de contenidos a lo largo de estos meses- ha aumentado sus suscriptores un 28% y sus ingresos son de 5.500 millones de dólares al trimestre, pese al efecto negativo del modelo, que obliga al suscriptor a mantenerse unido a la empresa durante todo el año. También HBO también ha sumado millones de suscripciones nuevas, según ha informado la empresa matriz, ATYT. El balance es muy diferente al hablar de Disney, que ha perdido 1400 millones de euros, con una caída de beneficios cercana al 91%, debido a que sus parques de atracciones en todo el mundo se han visto obligados a cerrar y ha tenido que posponer sus estrenos cinematográficos. Balance, sin embargo, que está más saneado de lo estaría, de no ser precisamente por su plataforma de contenidos.
Sin embargo, pese a aparecer como grandes ganadoras en términos de negocio, su futuro podría empezar a complicarse porque, aunque la demanda de contenidos online crece, no lo hacen los propios contenidos cuyos rodajes han tenido que ser suspendidos, nuevamente, a causa de la pandemia, es el caso de Mulán o The Good Fight. Pese a la falta de producto, las plataformas siguen teniendo que mantener los costes de mantenimiento y atención al cliente, que son mil millonarios. Además, en muchos casos no podrán llevar a la gran pantalla producciones que ya estaban a punto de estrenarse y desarrollar un producto propio implica un desembolso, según publicó Apple, de más de 6000 millones de euros, pero comprar contenidos publicados anteriormente, tampoco resulta barato: por ejemplo, solo la popular serie Friends cuesta 85 millones de dólares anuales.
Tal y como explica en Hora 25 de los Negocios Elena Neira, profesora de la UOC y experta en plataformas digitales, esto “compromete el futuro de las plataformas, pero en cada una de distinta manera porque cada una tiene una situación diferente”. Neira no considera que ninguna vaya a desaparecer a corto plazo pero señala que “ahora mismo las plataformas están funcionando con una fuerte dosis de inercia, y sobre todo las que tienen más poderío en términos de suscriptores, a pesar de que van a sufrir en el segundo y en el tercer trimestre segurísimo, eso es algo que ya ha hacía notar Netflix en su declaración trimestral de resultados”.