Los trabajadores confinados en la residencia de Estella vuelven a sus casas
Al inicio de la pandemia 15 trabajadores de la residencia San Jerónimo de Estella, en Navarra, decidieron confinarse con los residentes para evitar que se contagiasen del coronavirus
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David Cabrero: "Esta experiencia ha sido única"
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Madrid
El pasado 24 de marzo hablamos en ‘La Ventana’ de la solidaridad de unos trabajadores de la residencia San Jerónimo de Estella, en Navarra, que decidieron pasar el confinamiento junto a sus mayores y así evitar que se contagiasen del Covid19. Después de 35 días, y tras lograr su objetivo de que ninguno de sus setenta residentes enfermase de coronavirus, los 15 trabajadores confinados han vuelto a sus casas. David Cabrero es el director de la residencia San Jerónimo y nos ha contado cómo han vivido estas cinco intensas semanas desde dentro de la residencia.
"Estamos muy contentos porque ninguno de los residentes ha enfermado", dice David. El motivo principal de su encierro dentro de la residencia era, precisamente, evitar que con la entrada y salida de los trabajadores, llegase el virus a San Jerónimo. De este modo, quince trabajadores decidieron tener un trato más humano y no aislar a los mayores en sus habitaciones. Ellos, por su parte, "están muy agradecidos por el esfuerzo y el trabajo que hemos hecho".
Los 35 días que han estado conviviendo con los residentes les han servido a los trabajadores, cuenta David, "para crecer como personas y como profesionales". Durante este tiempo han aprendido mucho de los mayores, a los que ahora comprenden mejor con los que han compartido historias de sus vidas y anécdotas. "Esta experiencia ha sido única, un regalo que nos ha hecho la vida", explica David mientras reconoce que sintió tristeza al despedirse de los residentes.
Cuando empezó la pandemia "había un ambiente enrarecido en la residencia, ellos estaban muy preocupados por lo que pasaba en otros centros de mayores". Sin embargo, una vez que los trabajadores se encerraron con ellos, volvieron a estar felices. "Estaban seguros de estar en un 'búnker' y saber que no podía entrar el 'bicho'", explica el director del centro. Dentro llevaban una rutina similar a la que tenían antes del coronavirus: hacían gimnasia, juegos, actividades cognitivas, etc. También a través de su página de Facebook hacían directos para que mantuviesen el contacto con sus familiares. Los trabajadores se preocupaban constantemente por el estado de ánimo de los residentes y por ello, "les poníamos películas para que no viesen las malas noticias de los telediarios y se preocupasen".
El domingo 26 de abril los quince trabajadores volvieron a sus casas con sus familias, quienes se han llevado la peor parte, según David. Ahora, en la residencia San Jerónimo de Estella han activado la segunda fase del protocolo y han entrado a trabajar los trabajadores que pasaron el confinamiento en sus hogares. Por supuesto la residencia ha extremado la limpieza y el cuidado para evitar posibles contagios; los trabajadores se someten a controles de temperatura y tienen zonas específicas para cambiarse la ropa y desinfectarla.