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Crónica de un aterrizaje

IB2820: el vuelo de 28 horas Madrid-Shanghái-Madrid cargado de material sanitario

El pasado 8 de abril aterrizaba el sexto avión del corredor sanitario que Iberia, la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria y el Grupo Oesía, han abierto con China con el fin de abastecer de material sanitario a los hospitales españoles

IB2820, el vuelo de 28 horas Madrid-Shanghái-Madrid cargado de material sanitario

IB2820, el vuelo de 28 horas Madrid-Shanghái-Madrid cargado de material sanitario

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Madrid

Hasta hace pocas semanas, cuando en Madrid alguien empleaba el término “puente aéreo”, no había duda de que se estaba refiriendo a la ruta que enlazaba la capital española con la capital catalana desde 1974, en vuelos que salen, en hora punta, con una frecuencia de un cuarto de hora. Sin embargo, con la mayoría de la aviación comercial paralizada como consecuencia del coronavirus, desde el pasado 30 marzo, el único puente aéreo que está operativo es el que conecta España y China tres días a la semana: lunes, miércoles y viernes. Fue hace dos semanas cuando Iberia, la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (FENIN) y el Grupo Oesía sellaron su acuerdo para abrir lo que ellos denominan “corredor sanitario”, una iniciativa con la que buscan abastecer a la sanidad de los materiales que escasean en el mercado español. Las bodegas de este Airbus 350-900 venían cargadas el pasado miércoles con seis millones de mascarillas, caudalímetros para oxígeno medicinal y componentes para fabricar respiradores. El balance global es muy positivo. Hasta el momento, según los datos que la aerolínea proporciona en su web, han conseguido traer a España 16 millones de mascarillas, 2 millones de materiales de protección, respiradores completos para las UCIS e, incluso, como en el avión del miércoles, componentes para que la industria nacional pueda fabricar sus propios respiradores. Margarita Blanco, directora de comunicación de Iberia no da abasto estos días: “Tenemos mucho trabajo, pero lo más increíble es que no tenemos vuelos”.

Las enormes pantallas del aeropuerto confirman la afirmación de Margarita. Apenas están programados una decena de vuelos para todo el día. La mayoría a las islas y alguno a las comunidades autónomas más alejadas de Madrid como Galicia o el País Vasco. El aeródromo está completamente desierto. Nada invita a pensar que, solo durante 2019, más de 61 millones de personas pasaron por sus instalaciones. Eso sí, las advertencias por megafonía continúan funcionando ajenas a la realidad: “Aviso importante: por la megafonía de este aeropuerto no se realizan llamadas de embarque. Siempre me ha parecido curioso esto de que te avisen de que no te van a avisar, pero más sorprendente me resulta ahora, que esos anuncios no llegan a oídos de nadie. Quizás, esta sea uno de los asuntos que debamos revisar cuando todo vuelva a la normalidad.

El avión IB2820, procedente de Shanghái toma finalmente tierra a las 4:48 de la madrugada, veinte minutos antes de la hora programada. Enseguida, aparece un arsenal de personal con maquinaria para realizar la descarga lo más rápido posible. “Tardaremos 20 minutos aproximadamente en transportarlo todo hasta la terminal de carga”, indica José Luis, uno de los operarios. Él es el responsable de la operación de descarga y lleva consigo una pequeña carpetilla en la que anota el minuto exacto en el que se hace cada una de las tareas necesarias para llevar los 15.171 kilos de material que transporta este avión hasta las aduanas.

28 horas de viaje para 15.171 kilos de material sanitario

En el interior del avión, los ocho pilotos encargados de dirigir el aparato empiezan a recoger sus pertenencias. Son ya las cinco de la mañana y, después de 28 horas de vuelo, el cansancio empieza a hacer mella. En la cabina está Txomin Baztán, el piloto encargado de la maniobra de aterrizaje. Baztán no es un piloto cualquiera, es el director de operaciones de vuelo de Iberia y, aunque en los últimos tiempos está acostumbrado a pasar más tiempo en tierra que en el avión, continúa siendo “el jefe de todos los pilotos”, como se escucha decir a un compañero.

“El vuelo ha ido estupendamente. Empezamos en Madrid hace dos días. Llegamos pronto a Barajas y salimos a Shanghái sin demora. La gente china colaboró con todo y fueron muy eficientes con la carga”, señala Txomin. Cuenta, que el mayor problema con el que se encuentran a la hora de cargar el avión no es el peso, sino el volumen, por la capacidad que tienen las bodegas: “Es como si lleváramos mucho aire porque hay mucho material textil: mascarillas, trajes de protección…”.

Txomin Baztan, Francisco Javier Díaz Alonso, Andrés Gutiérrez, Juan Miguel Prado, Angel Luis Albaladejo, Fernando Ramírez, Javier Lanzos y Pedro Antonio Rosa han formado el equipo que ha pilotado este avión hasta la ciudad china de Shanghái

Txomin Baztan, Francisco Javier Díaz Alonso, Andrés Gutiérrez, Juan Miguel Prado, Angel Luis Albaladejo, Fernando Ramírez, Javier Lanzos y Pedro Antonio Rosa han formado el equipo que ha pilotado este avión hasta la ciudad china de Shanghái / Daniel Sousa / Cadena SER

Txomin Baztan, Francisco Javier Díaz Alonso, Andrés Gutiérrez, Juan Miguel Prado, Angel Luis Albaladejo, Fernando Ramírez, Javier Lanzos y Pedro Antonio Rosa han formado el equipo que ha pilotado este avión hasta la ciudad china de Shanghái

Txomin Baztan, Francisco Javier Díaz Alonso, Andrés Gutiérrez, Juan Miguel Prado, Angel Luis Albaladejo, Fernando Ramírez, Javier Lanzos y Pedro Antonio Rosa han formado el equipo que ha pilotado este avión hasta la ciudad china de Shanghái / Daniel Sousa / Cadena SER

En ir, cargar y volver de China tardan, en total, 28 horas. Apenas se detienen una hora y media en su destino para revisar el avión, repostar combustible y cargar la mercancía. Los ocho pilotos se dividen en turnos de seis horas para no fatigarse. Duermen en las butacas de clase business de la aeronave, pero ni mucho menos tienen todos los servicios con los que suele contar esta tarifa. Uno de los que falta es el servicio de cáterin. “La cocina es un sálvese quien pueda. Menos mal que viene un compañero de San Sebastián…” dice con humor uno de ellos. Tienen bandejas con embutidos, platos de pasta o ensalada e “incluso hemos tomado algún plato caliente”. Parece que el avión, en lugar de acabar de aterrizar, se está preparando para despegar, porque huele a limpio y las mantitas de los asientos están perfectamente dobladas y colocadas.

Cada vuelo lo realiza una tripulación diferente. En su caso, han creado un grupo de whatsapp para coordinar todas las tareas: quién aterriza y quién despega, cuándo van a firmar o cuándo se van a realizar las pruebas médicas del COVID-19. Esto último es fundamental, ya que si alguno de ellos tuviera síntomas mientras el avión se encuentra en China, tendrían que quedarse allí en cuarentena y no podrían regresar a España con el cargamento. Todos se conocen, “de hace 30 o 40 años”, incluso varios compartieron piso en Salamanca cuando eran más jóvenes. “Si nos sigues preguntando por nosotros al final van a empezar a salir historias” dice entre risas uno de ellos.

“Somos lo mismo que el conductor de autobús, que las cajeras o que cualquier persona que esté trabajando. Héroes tenemos por todas partes”

El piloto Ángel Luis Albaladejo recuerda a la perfección el último vuelo comercial que realizó. Fue a Santiago de Chile el día 1 de abril. “Yo sabía que era el último vuelo. De hecho, fue lo que le dije a los pasajeros. Este es el último vuelo, pero volveremos pronto a volar. Yo soy optimista por naturaleza”, señala. Los AIRBUS con los que Iberia vuela al continente americano son como este. Tienen una capacidad para 348 pasajeros, pero en el de Ángel Luis, aquel día apenas viajaban 150 personas. Este grupo de pilotos ha pasado de transportar a personas que querían pasar sus vacaciones en algún destino exótico o a gente de negocios dispuesta a engrosar los números de su cuenta corriente, a cargar la mercancía que la sanidad española necesita para hacer frente a la pandemia. De momento, se libran por una temporada de tener que dar el mensaje de bienvenida al pasaje porque los únicos que vuelan son ellos y ya se conocen las normas. “Ver un avión así de vacío es super triste”, indica Albaladejo.

En el aeropuerto de Adolfo Suárez-Madrid Barajas, menos de una decena de vuelos aterrizan estos días en la Terminal 4, la única que continúa abierta

En el aeropuerto de Adolfo Suárez-Madrid Barajas, menos de una decena de vuelos aterrizan estos días en la Terminal 4, la única que continúa abierta / Daniel Sousa / Cadena SER

En el aeropuerto de Adolfo Suárez-Madrid Barajas, menos de una decena de vuelos aterrizan estos días en la Terminal 4, la única que continúa abierta

En el aeropuerto de Adolfo Suárez-Madrid Barajas, menos de una decena de vuelos aterrizan estos días en la Terminal 4, la única que continúa abierta / Daniel Sousa / Cadena SER

“Somos lo mismo que el conductor de autobús, que las cajeras o que cualquier persona que esté trabajando. Héroes tenemos por todas partes”. El próximo vuelo a China despegará de Madrid el próximo lunes y, en lo que coincide este equipo, es en que “todos lo pilotos de la compañía están deseando hacer estos vuelos. Nos pidieron voluntarios y la respuesta fue unánime”.

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Es redactor en EL PAÍS Audio y colabora en ‘A Vivir que son dos días’ de la Cadena SER. Ganador del...

 
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