En el sur se abraza mejor
No somos holandeses, en efecto, pero van tres semanas de estado de alarma y en el escenario político no parece que vayan a durar mucho los abrazos
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Madrid
Una vez, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón se pelearon. Se pelearon muchas veces, es verdad, pero una de las últimas fue a la vista de todo el mundo. Eran aquellos tiempos en que los diputados se sentaban uno junto al otro y a ellos se les vio enfadados, sin contenerse en los gestos. Luego salieron juntos y Pablo Iglesias soltó esa frase, que ahora suena tan distinta.
Desde luego que no, no somos holandeses. De aquellas, Iglesias no lo decía por los eurobonos, sino porque aquí vivimos de otra manera. Será por eso que varios medios del norte, holandeses, británicos, se han puesto a explicar nuestros contagios por nuestros abrazos. Uno juraría que, cuando juegan en España, vienen hinchas del norte que pasan las tardes abrazados. Pero algunos construyen un relato interesado de las cosas del sur: se abrazan y hacen esas otras cosas que cantaba la Carrà que en el sur se hacían mejor.
Ahí tienen al ministro holandés señalando a nuestro déficit: encima de que se abrazan, gastan, parecía decir. El asunto es que en las epidemias algunos en vez de buscar remedios buscan culpables. Lo de buscar la culpa es transversal a cualquier creencia: calvinistas, protestantes, cristianos, ateos... En la culpa se enreda ya el patio político. El gobierno pide unidad a la oposición y Casado pide al gobierno que no le mienta. Sostiene Casado que el Gobierno tiene medios demasiado optimistas.
En el gobierno, Rajoy se quejaba de que los medios éramos unos cenizos. Siempre martilleando con la corrupción. En la oposición, cree el PP que se ve la curva medio llena. No somos holandeses, en efecto, pero van tres semanas de estado de alarma y en el escenario político no parece que vayan a durar mucho los abrazos.