La revalorización de lo público
Las próximas semanas van a ser muy duras y los ciudadanos rasos tenemos algo muy importante que hacer, y nada fácil, por cierto, mantener la calma
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La opinión de Iñaki Gabilondo. / CADENA SER
Madrid
A velocidad de vértigo, como todo cuanto ocurre en la actual sociedad, el coronavirus está transformando nuestra percepción de la realidad y modificando usos sociales, al tiempo que descubre nuevas actividades y nuevas carencias estructurales. Algunos cambios saltan a la vista, por ejemplo, el teletrabajo y las relaciones interpersonales en público, que están regidas por la reelcomendaciones higiénicas. Por cierto, nada podemos saber de las privadas, ¿estará afectando también a las relaciones íntimas, el sexo a metro y medio de distancia?
La revalorización de lo público
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Otros cambios deberían derivarse de la dura lección que nos está dictando esta epidemia. En especial la revalorización del concepto público, tan denostado en las dos últimas décadas y que se alza ante nuestros ojos como el gran salvavidas cuando las tormentas arrecian y cuyas escaseces ahora sí que duelen.
Recomiendo el artículo del miércoles de Carlos Santos en El Confidencial sobre los puntos negros de la seguridad nacional. Me parece de lectura obligatoria. Pero aún estamos en plena travesía y aquí hay tarea para todos. Las próximas semanas van a ser muy duras y los ciudadanos rasos tenemos algo muy importante que hacer, y nada fácil, por cierto, mantener la calma. Acostumbramos a alagar a nuestra sociedad y a nuestros oídos afirmando que tenemos un país muy maduro y responsable; seguro que es así en líneas generales pero el segmento histérico es numeroso y, agitado por las redes sociales, es un azote y un peligro. La mayoría consciente y juiciosa tiene que imponer su serenidad aunque la cifra de afectados y fallecidos vaya a ir creciendo, lo que sin duda va a suceder en las próximas semanas, y la vida cotidiana se altere seriamente. Esa es nuestra tarea. No es sencilla pero es imprescindible.