Mejor desde la cooperación
Las broncas, para otras cosas. Con el coronavirus, pocas bromas
Madrid
Nos sacuden de lleno los efectos del coronavirus y la amenaza ya se ha hecho realidad: cierre de colegios, suspensión de las Fallas, fútbol sin espectadores, prohibida la entrada a teatros o bibliotecas públicas, por citar algunos de los hechos reales y sin entrar en la demencia de las estanterías vacías de los supermercados. Decisiones recomendadas por los expertos sanitarios, sin duda, pero tomadas finalmente por políticos.
Como políticos deben ser los planes para paliar el desastre económico, de la modesta economía familiar a los grandes de la Bolsa, pasando por las angustias de la pequeña y mediana empresa.
Hizo bien Pedro Sánchez en no entrar al choque que le preparó el pimpollo Casado, tan ignorante como su maestro Aznar de qué significa la política de Estado. Va a hacer falta una coordinación extraordinaria entre los dirigentes de todos los partidos, del PSOE al PP, pero también de Vox o PNV, para lograr que esas medidas urgentes tengan plasmación práctica desde el Estado y las Comunidades Autónomas. Las broncas, para otras cosas. Con el coronavirus, pocas bromas.
