Las ejecuciones públicas como evento familiar
Tal día como hoy pero en 1807, 27 personas murieron en una avalancha humana que se produjo en una plaza londinense
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Ejecución del rey Charles I / Getty Images
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Antes de que la gente se congregase para ver partidos de fútbol, uno de los grandes eventos de masas eran las ejecuciones. Que ahora nos parece muy bruto, y lo es, pero era un espectáculo que te dejaba bien a las claras que había gente que estaba peor que tú; los que estaban subiendo al patíbulo, concretamente.
O al menos eso pensaban las casi 40.000 personas que se congregaron en Newgate, el sitio habitual de las ejecuciones del Londres del siglo XIX. Iban a ver como ejecutaban a Elisabeth Godfrey, John Holloway y Owen Haggerty. Bueno, de hecho iban sobre todo por Elisabeth, que había apuñalado a un hombre en un ojo en un altercado relacionado con la supuesta actividad prostitutiva de la agresora. Este caso había despertado mucho interés en la opinión pública, y la gente había ido en masa a ver como la colgaban.
Tan en masa, que pasó algo parecido a lo que ha sucedido después en algunos partidos de fútbol. Tanta gente apretando convierte cualquier movimiento en potencialmente letal. Y así fue, poco después de la ejecución se empezaron a oír gritos desesperados entre la masa de gente. Para agravar más la situación, muchos padres y madres habían ido con sus hijos. Una madre murió justo después de salvar a su bebé de morir aplastado, mientras que un padre vio como su niño de 12 años fallecía ante sus ojos.
En total, 27 personas perdieron la vida, sin contar los tres ajusticiados. No parece que esta tragedia hiciese recapacitar a la gente, que siguió yendo a este macabro espectáculo hasta que dejó de ser público.