Un poco de tranquilidad

Madrid

Es verdad que todos hemos reconocido que el Gobierno de Pedro Sánchez debía aprovechar el impulso inicial para hacer algunas de las reformas prometidas en las variadas campañas que hemos vivido en los últimos años.

Pero escucharon mal, porque una cosa es correr y otra atropellarse. Ya hay ejemplos notorios de este ahora sí, y un minuto después que no. El último, la rectificación sobre la convocatoria de la mesa de diálogo, que Moncloa anunció que se retrasaría hasta después de las elecciones catalanas, y tras una visita de Rufián a Sánchez se adelanta.

Parece que al presidente, que ya sabemos que le va la marcha, le gusta oír eso de que aquí mandan los independentistas, y el Gobierno baila al son que obliga Esquerra, en unas ocasiones y Torra en otras. Pues se equivoca, en el fondo y en las formas. Un poco de seriedad y serenidad no le vendrían mal. Sobre todo cuando se juega con material sensible, altamente inflamable, que demasiado enrarecido está el ambiente para proporcionar explosivos a los dinamiteros. Recuerde Sánchez: om