Triste adiós
Madrid
El periodista que se inventó que la Unión Europea sólo admitiría plátanos rectos para ser importados por el Reino Unido y que como político explicó a sus conciudadanos que Gran Bretaña daba a Europa el doble de lo que recibía de ella se encarga desde hoy, como primer ministro, de administrar la desconexión que se llama Brexit. La mitad del país va a celebrarlo y la otra mitad lo deplorará, en medio de una incertidumbre que es mucho más potente que la certeza de que este paso es una buena noticia para el país que se va. Triste adiós a un gran país que quiso ser europeo y a la vez quiso irse.