Elegir la guerra
¿Pin escolar? Pues pin escolar. ¿Utilizar fotos de Stalin? Y si hacen falta, de Lenin, de Castro, de Mao y si empujan, del estrangulador de Boston o de Jack el Destripador, si las hubiera
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Madrid
Desde Trump a Boris Johnson, desde Bolsonaro a Salvini, todos los neofascistas del mundo viven felices en el charco de la impostura y la mentira. Igual que sus homólogos españoles, Vox, y si la deriva del pimpollo Casado no se frena, hasta el mismísimo PP.
Dispuestos de la mañana a la noche a librar batallas salvajes, cuanto más cruentas, mejor, les importa un ardite el carácter de la cruzada del día, que tanto sirve un alfiler como un elefante.
¿Pin escolar? Pues pin escolar. ¿Utilizar fotos de Stalin? Y si hacen falta, de Lenin, de Castro, de Mao y si empujan, del estrangulador de Boston o de Jack el Destripador, si las hubiera.
Poco sabemos de Iván Redondo, el superconsejero de Sánchez, pero todo de Cayetana Álvarez de Toledo, la musa del pimpollo. Debe resistir el PSOE a pie firme, por supuesto, pero huir de los escenarios trampa. Lo importante, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, dixit, es recaudar más dinero de los ricos para hacer las reformas sociales inaplazables. Esa guerra sí merece la pena.