¿Quién adoctrina?
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Madrid
El pin parental es una idea que Vox pretende implantar en aquellas comunidades cuyos gobiernos dependen de su voto. En Murcia lo ha conseguido y el Gobierno central ya lo ha requerido para que dé marcha atrás si no quiere acabar en los tribunales. El pin es una autorización expresa que han de dar los padres para que sus hijos asistan a alguna de las “actividades complementarias” del centro, especialmente, abrimos comillas, “charlas o talleres con carga ideológica o moral contraria a sus convicciones”.
La cuestión es que esas actividades forman parte del currículo escolar y, por tanto, son obligatorias y evaluables. Así que, si se abre este melón, los padres podrían seguir extendiendo el campo e interferir en otras materias. Los padres tienen derecho a escoger el centro escolar, pero no a condicionar las materias que allí se impartan. Porque la educación es un derecho de los hijos. Y estas actividades que pretenden dinamitar son, precisamente, las que permiten a los alumnos recibir educación sobre sexualidad, respeto a los diferentes o sobre violencia de género, por ejemplo, aunque sus padres sean castos, homófobos o maltratadores. Dicen los representantes de Vox que adoctrinan. Quizás lo que les preocupa de verdad es que la educación que reciban sus hijos cuestione críticamente el adoctrinamiento que inoculan en casa.