¡Qué familia más graciosa!
Varios oyentes han preguntado al Ojo cuál era su propuesta para el Valle de los Caídos
Madrid
Sería bonito que en el año 2525, un suponer, unos aguerridos exploradores, heroicos supervivientes de los apocalípticos desastres causados por el cambio climático, desbrozaran a machetazos montones de hirsuta vegetación y vieran aparecer, allá al fondo, la cruceta de piedra de una cruz gigantesca.
Ese, por ejemplo, podría ser uno de los finales posibles para el Valle de los Caídos, destino que gusta a Nicolás Sánchez-Albornoz, preso en su juventud en aquella inicua mole.
Varios oyentes han preguntado al Ojo cuál era su propuesta. Esa no le desagrada. Y sin descartar la dinamita, hay otras, siempre después de desenterrar los restos allí depositados.
Podría ponerse un lazo rojo a aquella monstruosidad y entregárselo, tal cual, a la Iglesia, que el prior, se supone, recibiría alborozado. Para ustedes la Basílica, para ustedes la cruz y las estatuas. Cualquier cosa, dice el Ojo, menos reconvertir aquel insulto a la decencia en un centro de reconciliación.
Imposible unir a nadie bajo aquella infamia histórica. Sugerencia del día: ¿y si la familia Franco pusiera un circo para lucir sus hilarantes actuaciones?