Mujeres contra el patriarcado en Colombia
La colombiana María Eugenia Cruz, defensora de los derechos humanos, ha pasado de ser una víctima del machismo y el conflicto armado a ayudar a otras mujeres a empoderarse
La colombiana María Eugenia Cruz, coordinadora de la Red Nacional de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos, habla del proceso de paz en Colombia desde el punto de vista de las mujeres que fueron víctimas del conflicto armado.
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Ella misma fue secuestrada y violada por militares cuando tenía 16 años, ahora es una de las víctimas reconvertidas en defensoras de los derechos humanos para dar voz a las mujeres y niñas que sufren violencia en Colombia a través de la Corporación Mujer Sigue Mis Pasos.
“Estamos en un momento muy importante en el que estamos siendo reconocidas las víctimas, pero también las mujeres defensoras de derechos humanos. Claramente hay una situación grave y que enfrentamos las defensoras por toda la problemática social, pero también el contexto sociopolítico y lo fuerte que es para las defensoras hacer este trabajo en un contexto tan machista y tan patriarcal”, explica.
Maria Eugenia cree que es ese machismo lo más difícil que encuentran en el trabajo que desarrollan. “Muchas de nosotras estábamos en la casa cuidando los niños y asumiendo roles que les impuso el patriarcado. No conocíamos de nuestros derechos, creíamos que las violencias que habíamos vivido nos habían tocado por el hecho de ser mujer”, asegura, pero más tarde lograron empoderarse y trabajar juntas en organizaciones feministas que les han permitido conocer sus derechos y movilizarse.
Las defensoras de derechos humanos han sufrido un 67% de agresiones y asesinatos que no ha dejado de aumentar. “Lo peor es que muchos de esos asesinatos tienen marcas de género, es decir, que han estado precedidos de violencia sexual y de crueldad”, lamenta Maria Eugenia, algo que, insiste, se debe al machismo instaurado. “Nos amenazan con que van a asesinar a nuestros hijos. Claramente los autores que nos hacen daño saben el rol que asumen dentro de la sociedad, que tenemos la carga del cuidado”.
Cruz asegura que el Estado no estaba preparado para defender a mujeres como ellas, pero hoy en día ellas han establecido un programa de garantías integral para las mujeres defensoras que les previene de ser atacadas. “Formar una defensora es costoso y lleva tiempo”, explica, y no es fácil que rompan el silencio porque “hay unas violencias que enfrentamos nosotras como la violencia sexual por ejemplo que genera culpa en la víctima, pero que también genera vergüenza, y las mujeres difícilmente hablamos de esto”. Mientras tanto, “los violadores y los actores armados saben que las mujeres callamos sobre esto”, por eso ha sido tan importante que mujeres como Maria Eugenia hayan tenido la valentía de romper el silencio.