¿Elevamos la tensión o tratamos de rebajarla con los dientes apretados?
El gobierno combina la sangre fría ante el desafío independentista con la firme respuesta policial. ¿Aplicar el artículo 155, como pide la oposición, saca de la calle a los violentos?
¿Elevamos la tensión o tratamos de rebajarla con los dientes apretados?
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Madrid
Hace dos años, cuando el otoño separatista catalán, las Policía Nacional y la Guardia Civil iban por un lado y los Mossos por otro. Hoy los tres cuerpos están trabajando coordinados. Hace dos años, la vía unilateral era un objetivo compartido de todos los partidos independentistas, y esta semana, Quim Torra se ha quedado solo en el Parlment defendiendo un nuevo referéndum ilegal. Hoy los autores de los hechos de aquel otoño ya tienen veredicto judicial. No debemos perder la perspectiva sobre la crisis catalana, por más que el problema de fondo, que casi la mitad de los catalanes se quieren ir, sigue ahí, ha podido comprobarse en la multitudinaria confluencia de las marchas en Barcelona, que ha conseguido reunir a medio millón de personas.
La novedad esta semana es la sistematización de esto. De la violencia que a lo largo de la semana ha aparecido de forma durísima cada noche y que esta tarde ha rozado todos límites peligrosísimos, haciendo arder contenedores, lanzando de todo a la Policía, y provocando cargas y disturbios a apenas 500 metros de donde una masa de personas, mayores y niños se manifestaban.
¿Qué hacer si esto sigue así toda la noche? ¿Mantener la sangre fría combinada con la respuesta policial firme? Eso es lo que defiende el gobierno. ¿Se puede hacer otra cosa como pide la oposición? ¿Aplicar el 155 saca de la calle a los violentos? ¿Elevamos la tensión o tratamos de rebajarla con los dientes apretados?
