Llenando de churros la España vaciada
Una familia de Sevilla se ha trasladado a un pueblo de 100 habitantes de Teruel y han montado allí su propia churrería
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Una churrería por la despoblación y la primera niña en 30 años
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Madrid
Fuentes de Rubielos es un municipio de Aragón con poco más de 100 habitantes, pero desde que empezó el curso han llegado cinco más de golpe. Una pareja de Sevillanos con tres hijos que han instalado en este pueblo de Teruel una churrería móvil. La abren los domingos en el pueblo y se mueven por la comarca cuando se celebra alguna fiesta concreta. Milagros e Iván son los churreros.
Tomaron la decisión de dejar Morón de la Frontera (Sevilla), hacer un cambio radical en sus vidas e irse a Teruel. Y la despoblación fue parte del motivo que les llevó a mudarse, porque aseguran que es un tema que les preocupa. Conocían Teruel, los pueblos de la zona y el año pasado decidieron dar el paso. Lo hicieron -eso sí- en otro pueblo de Teruel, pero no consiguieron acostumbrarse. allí estuvieron seis meses.
Segundo intento
De este pueblo -Orea- guardan muy buen recuerdo, pero algunas cosas como la altitud hicieron que no se consiguieran acostumbrar. De hecho, Milagros guarda muy buen recuerdo de la alcaldesa de ese pueblo que fue la que le enseñó la provincia y que cuando volvieron a su pueblo en Sevilla les intentó convencer de que probaran otra vez.
Ahora está en esa segunda prueba, se trasladaron a finales de agosto y lo dejaron todo atrás. Cuentan que es un cambio muy importante en sus vidas tanto a nivel psicológico como también en el aspecto económico. Aun así, están contentos y lo están todavía más sus tres hijos que se han trasladado también a Fuentes.
Dejando todo atrás
Le hemos preguntado a Iván si echan de menos su tierra -Andalucía- y ha asegurado que no. Que, por supuesto que pueden echar de menos a su familia pero que han tomado esta decisión, están contentos en Fuentes y no van a dar marcha atrás.
Ahora dedican sus domingos a vender churros y chocolate en la plaza del pueblo y se trasladan a las localidades de la comarca cuando hay fiestas cerca; aunque tampoco pueden estar siempre fuera ni muy lejos por sus hijos.
La decisión de tener una churrería móvil y no un local se basa principalmente en una cuestión económica para evitar pagar un alquiler. Cuentan que -de momento- está funcionando y están viendo que a los vecinos del pueblo les está gustando.