Una biblioteca sacada de la basura

Madrid

A veces encontramos tesoros donde menos esperamos. Eso le pasó a José Alberto Gutiérrez, conocido como “El señor de los libros”. Hace 25 años empezó a trabajar como conductor de un camión de basura en Bogotá, y casi desde entonces se ha dedicado a sacar adelante el proyecto que ha conseguido acercar la literatura a todos los rincones de Colombia: "La fuerza de las palabras".

Cada noche tenía que recoger lo que tiraban los vecinos de algunas urbanizaciones. En una de tantas jornadas encontró una caja llena de libros: “En especial uno marcó mi vida, Anna Karenina de León Tolstói”. A partir de ese momento comenzó a llevarse los que más le llamaban la atención. “Muy pronto, por ahí en un año, me di cuenta de cómo mi casa estaba llena de libros”, cuenta.

Al ver que siempre que alguien le visitaba le pedía prestado algún ejemplar, propuso a su familia montar una biblioteca comunitaria. Su mujer y su hija aceptaron encantadas. Nacía así “La fuerza de las palabras”. Enseguida se corrió la voz por el barrio y decenas de familias acudieron en busca de cuentos e historias.

Tras su visita a un programa de televisión alcanzó popularidad nacional: “A partir del año 2008, seguía reciclando libros, lo que encontrara, pero también comenzaron a llamarme para donarme libros. Once años después ya teníamos una biblioteca muy bien formada”.

La iniciativa se fue transformando. Acumulaba ya tantos libros que con una furgoneta fue llenando las bibliotecas de escuelas, organizaciones sociales o centros culturales de aquellas zonas a las que la cultura llega con dificultad. “Hemos estado casi en todas las regiones de Colombia llevando libros”, explica.

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José Alberto ya no trabaja con el camión porque su empresa cerró. Ahora, dedica su tiempo y su ilusión a hacer que la biblioteca siga creciendo. Tiene ya algunos planes en mente: “Aspiramos a hacer un banco de libros, un museo, una biblioteca mixta… y un auditorio para jóvenes y niños”. "El señor de los libros" confiesa que se siente “un agente de cambio, porque el libro es el símbolo de nuestra esperanza y el símbolo de la paz para Colombia. Creo que cada uno tenemos una misión y yo creo que esta es la mía”.

Misma iniciativa, distinto lugar

En un distrito de Ankara, la capital de Turquía, un grupo de operarios de limpieza también tuvieron la idea de crear una biblioteca que almacenase todos los libros que veían en los contenedores. Los trabajadores recopilaron y clasificaron cientos de ejemplares. Pronto se dieron cuenta de que necesitaban un espacio para guardarlos, así que el ayuntamiento les cedió una fábrica de ladrillos abandonada. En septiembre de 2017 abrieron la biblioteca, que en un principio era solo para compañeros del servicio y sus familias. Sin embargo, siete meses después, al ver que suscitaba tanto interés, empezaron a permitir la entrada a todos los vecinos.

Y ahí no acaba el proyecto. Han transformado un camión de basura en un bibliobús para visitar escuelas lejanas que no pueden desplazarse hasta la biblioteca. También han constituido una banda de música, que, como apuntan en la revista Traveller, se llama 'Grupo Teneke – El ritmo de la limpieza'. Utilizan tanto instrumentos recogidos de la basura como su propio material de trabajo. Actúan en todo tipo de eventos, especialmente en la biblioteca, que recibe el cariño y apoyo de todo el vecindario.