La importancia del tono
Viene un octubre caliente, que se mezclará con la campaña. De ahí que, para resultar atractivos tras tanta promesa, más que decirnos cosas necesitan ofrecernos con el tono la sensación del algo que escasea: seguridad
Madrid
El speaker de los comunes, John Bercow, reunirá a los portavoces de los partidos para que rebajen lo que llama lenguaje inflamatorio. Un dirigente al que Boris Johnson acaba de echar acusa al primer ministro de ir buscando con su tono que la calle se caliente por el 'brexit' y, si hay disturbios, él pueda declarar la emergencia y recobrar el control.
Johnson se lo ha negado a la BBC y después de decir las cosas peores se ha puesto a sí mismo como modelo de comedimiento, porque Johnson de verdad se cree las cosas que dice. El caso es que el Reino Unido demuestra la importancia del tono: no son sólo las cosas que se afirman, sino cómo las afirman.
Esquerra ha firmado, igual que Quim Torra, una resolución en la que se compromete por escrito con la desobediencia. Pero busca con su tono parecer otra cosa, más moderada. Cuando hablan de que ahora se buscan discursos de centro, sin estridencias, se refieren al tono.
Tono sosegado, para que hasta para anunciar contundencia, haga falta un atenuante. Y así salen parejas de palabras como esta: serena firmeza. Mano dura dulce. "Serena firmeza", anunció Sánchez en Cataluña para no citar el 155.
Viene un octubre caliente, que se mezclará con la campaña y la inquietud económica, una mezcla que pondría nervioso a cualquiera. De ahí que, para resultar atractivos tras tanta campaña, más que decirnos cosas, necesitan ofrecernos una sensación, la de seguridad. Por eso el tono. Por eso y porque así señalan mejor a los que más gritan.