La gran propina
A la gente como mejor se le conoce es por cómo gobierna sus países, sus vidas o sus relaciones, y lo que hace para gobernar todo eso. A dónde llega para hacerlo
Madrid
Hay un momento muy interesante en la conversación entre Donald Trump y el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, en que Trump le dice que tiene amigos ucranios, y son todos buenas personas, y Zelenski le dice que él también tiene amigos ucranios. Ni estadounidenses ni nada. Él también tiene amigos ucranios: el presidente de Ucrania ha conseguido un puñado valiosísimo de amigos ucranios. Y después añade que cuando va a Estados Unidos se aloja en la Trump Tower. Esto está guay decírselo a Donald Trump. Tenía que haber dicho: "Dejo grandes propinas".
Dicho lo cual. A la gente como mejor se le conoce es por cómo gobierna sus países, sus vidas o sus relaciones, y lo que hace para gobernar todo eso. A dónde llega para hacerlo. Esta transcripción entre Trump y Zelenski enseña el subtexto, todo lo sumergido antes o después de un presunto delito. Es patético porque en general pocas cosas no lo son cuando uno desea algo y hace algo en privado para conseguirlo. El debate moral es la legitimidad de ese algo, es decir: de lo que se persigue. Dicho lo cual, es conveniente, en la política y en la vida, hablar y escribirle a un desconocido en privado como si lo estuvieses haciendo en público, más que nada porque tarde o temprano lo será siempre en público.
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Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio de escribir en el periodismo local gracias a Diario...