La rebelión de las mujeres del country
Un grupo de estrellas femeninas del country crea una superbanda y lanza la iniciativa #WomensupportingWomen para apoyar el talento femenino
Madrid
La rebelión de las mujeres del country ha comenzado. Sin mucho ruido, pero con gran determinación, varias artistas han iniciado un proyecto para dar a conocer el trabajo de mujeres jóvenes y reivindicar un talento femenino ignorado por la industria y los medios.
El rol de las mujeres en la música americana no siempre ha gozado del prestigio que su talento merece. En muchas ocasiones grandes artistas han sido marginadas viendo como sus canciones apenas sonaban en la radio y como los festivales del género cerraban carteles con escasa, o incluso nula, presencia de mujeres.
El año pasado, la compositora Amanda Shires tuvo la idea de crear un nuevo grupo con algunas compañeras, grandes artistas del género a las que no conocía. Un proyecto que emularía a The Highwaymen, la banda que juntó a Kris Kristofferson, Willie Nelson, Johnny Cash y Waylon Jennings. Así comenzó el viaje de The Highwomen. Shires llamó a Brandi Carlile y ésta contactó con Natalie Hemby y Maren Morris. Poco después, bajo la producción de Dave Cobb, entraron al estudio RCA de Nashville, por donde desfilaron otras cantantes como Yola o Sheryl Crow a prestar sus voces, y otras como Miranda Lambert o Maggie Chapman a escribir canciones.
Este mes de septiembre ha llegado a las tiendas el homónimo debut de la banda, un disco espléndido, contundente y sin barreras de géneros que capta el inmenso talento de este grupo de mujeres, que muestran una perspectiva diferente del country y que empieza con una relectura del tema con el que se presentaron The Highwaymen en 1985. “Somos las hijas de la generación silenciada”, canta la banda a cuatro voces.
El debut de las Highwomen muestra una temática diferente con canciones que hablan de la maternidad como My name cant be mama, donde las cuatro cantantes relatan sus historias como madres trabajadoras. Dont call me habla de pasar página en las relaciones tóxicas y My only child es la historia de las mujeres que han visto cómo la vida las impedía tener la familia con la que soñaban.
El disco se cocinó a fuego lento, con muchas conversaciones sobre su intención. “No queríamos hacer el típico disco criticando a los hombres”, apuntaba Carlile en una entrevista en Esquirre. “Esas conversaciones por teléfono fueron como sesiones de terapia”, añadía.
Las Highwomen pasaron mucho tiempo conversando. “Hablamos sobre mujeres, sobre historias de mujeres y sobre el papel de las mujeres en la música country, pero también sobre chicas que conocemos y las batallas que han librado. De ahí fueron saliendo las canciones”, explican las cantantes durante la promoción del disco.
El impacto de este primer paso del colectivo ha sido mayúsculo, un golpe encima de la mesa de una nueva manera de entender el papel de la mujer en la música. Un “si nadie nos ayuda tendremos que ayudarnos nosotras”. Y alrededor de esa idea, el proyecto ha tomado una nueva vertiente bajo la etiqueta #WomenSupportingWomen.
La iniciativa musical busca dejar atrás la rivalidad entre artistas para centrarse en las colaboraciones y apadrinar a jóvenes cantantes. La primera en dar un paso al frente ha sido Brandie Carlile. “He estado pensando mucho últimamente sobre cómo apoyar a otras mujeres y creo que es algo que se tiene que traducir en algo concreto”, explicaba la cantante en sus redes sociales. “Por eso he contactado con algunas de mis compositoras favoritas este verano y les he preguntado si me dejan ser su telonera en alguno de sus conciertos. Haré varios, pero el primero será el 23 septiembre cuando toque para la fantástica Courtney Marie Andrews”, añadía. El concierto agotó todas sus entradas en unos días.
El gesto de Carlile es un nuevo paso en esa pequeña rebelión de las mujeres del country, que cansadas de no sonar en las radios ni de recibir el crédito que merece su obra han comenzado a trabajar juntas para cambiar el rumbo, para trabajar unidas y colaborar, ya sea grabando juntas o apoyándose entre ellas para depender lo menos posible de una industria creada y dirigida por y para hombres.
“Las mujeres contamos las historias de la mitad de la raza humana y es muy importante que las niñas pequeñas y las chicas jóvenes puedan oír canciones sobre experiencias que a lo mejor tienen que afrontar en su vida. Hemos querido abrir esa puerta y sujetarla para todas esas mujeres que quieran hacer lo mismo”, señalaba Carlile.