El último objeto personal de Ramón y Cajal localizado en el Rastro de Madrid
David Barrós y César Calavera, libreros de antiguo y viejo, se encontraron paseando por el céntrico mercadillo varias piezas del Nobel de Medicina de 1906
El último objeto personal de Ramón y Cajal localizado en el Rastro de Madrid
15:23
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/001RD010000005720335/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Madrid
Un domingo de 2017, David Barrós y César Calavera, libreros de antiguo y viejo, estaban dando un paseo por el mercadillo madrileño, cuando uno de los chamarileros del Rastro les advirtió que en una de las calles contiguas estaban sacando una ristra de libros antiguos. Barrós se aventuró a echarle un vistazo y para su sorpresa se encontró con el que sería el último documento del Nobel Ramón y Cajal. "Uno de los libros tenía una dedicatoria a Ramón y Cajal, les compré varios y seguí buscando, quedamos en vernos en Barcelona ", recuerda Barrós.
En su segunda visita los "cazatesoros" compraron a los chamarileros otra serie de objetos que habían pertenecido al Nobel de Medicina de 1906: un maletín, un bombín, un bastón y más libros... El pasado domingo, 8 de octubre, el diario El País publicó su historia, tardaron apenas horas en vender lo último de la partida, el maletín por valor de 650 euros. "Hay muchísimo admirador de su figura: científicos, médicos, gente de mundo de la ciencia. Lo vendimos todo muy rápido tanto en España como en el extranjero", explicaba Calavera.
Ambos dos compañeros llevan dedicándose a la recuperación de piezas antiguas un año juntos. "Todo empezó como un juego hasta que nos profesionalizamos", apunta Calavera. Por separado llevan ocho y trece años respectivamente dedicándose a la recuperación del material que otros no quieren: "De alguna manera hacemos una labor social, recuperamos cosas que podrían haber acabado destruidas y las pones en valor, ofreciéndoles a aquella persona que le interese y quiera conservarla", puntualizaba Barrós.
No tienen tienda física, el mercado se moviliza a través de Internet y de una cartera de clientes fija, otras de las vías es la venta a instituciones como el Colegio de Arquitectos de Barcelona o al Museo Reina Sofía, el cual adquirió a través de ellos la cartilla antifascista, "una especie de estuche con varias cuartillas, algunas servían para aprender a escribir. Eran para los soldados republicanos, de un diseño gráfico y de una belleza histórica importante".
A pesar de que no existe ninguna ley que regule la necesidad de expedir algún tipo de documento con valor histórico, estos dos libreros de antigua y viejo aseguran que operan bajo su propia ética: "Recibimos una carta de Joaquín Sorolla dedicada a Alfonso XIII, inevitablemente hablamos en primera instancia con el Museo Sorolla".
Tentados con haberse quedado con varios de sus descubrimientos, reconocen que lo que les motiva a ofrecer estos tesoros al mercado "es un modo de hacer que la cultura se mueva, que es algo positivo", afirma Barrós.
De entre las piezas más valiosas con las que se han topado también se encuentran: la primera edición de 'Campos de Castilla' “dedicada por el mismo Antonio Machado”, libros con litografías de Hans Bellmer, o el manifiesto amarillo de Dalí, entre otros.