Minutos basura
Madrid
En días así -con la Selección española de baloncesto enfilando ya a medallas del mundial- o ayer con la resaca de la victoria de Rafa Nadal, no sé si agarrarme al deporte como un asidero de ilusión -de buen rollo- o de cabrearme sobremanera con quienes deberían trabajar para solucionar problemas pero desde hace demasiado tiempo van navegando en dirección contraria. Por no decir que estoy directamente en lo segundo vamos a presentarlo como mitad y mitad.
No puede ser casualidad que los políticos -no la política- hayan escalado en el ranking de preocupaciones ciudadanas que recogen las encuestas. Hace demasiado tiempo que no dan una a derechas, ni a izquierdas, si se me permite la broma; que no es tanta broma porque el espectáculo que están dando hace meses el PSOE y Unidas Podemos es de traca. Ya sé que no todos son iguales, que cada uno tendrá su idea de quien ha colocado más palos en las ruedas… Pero el resultado es tremendo, es un desastre.
Pero es que -además- en las filas de la derecha el panorama tampoco está para echar cohetes; y en vísperas de una nueva Diada en Catalunya -mañana- el pollo dentro del propio independentismo y la proximidad de la sentencia sobre los dirigentes encarcelados no hace otra cosa que augurar nuevos sobresaltos. Así que sí, suerte que nos queda Nadal y el Baloncesto, porque de lo otro: ¡Que Dios nos coja confesados!